20/09/2015 16:08:12
Los Pumas cayeron 26-16, pese a dominar en la primera parte a Nueva Zelanda. Jugaron en Wembley, Londres.
La selección argentina de rugby ya vio muchas veces esta película pero aún no logró modificar el final: en su debut del Mundial en el estadio de Wembley hizo un gran partido ante Nueva Zelanda, pero cayó 26-16 luego de una recuperación en la segunda mitad de los hombres de negro.
Los Pumas volvieron a dar señales de progreso y consolidación en el rugby mundial, dominaron a Nueva Zelanda durante casi una hora, pero se quedaron sin energías suficientes para lograr su primera victoria en la historia ante los All-Blacks, en 25 partidos.
Si la resistencia de Argentina ante Nueva Zelanda había durado 66 minutos en el Mundial de 2011, esta tarde en Wembley hizo inclusive mejor las cosas que en Auckland, pero el invicto en su in-goal duró hasta el minuto 56, cuando Aaron Smith logró quebrar la resistencia albiceleste y tomar la delantera 19-16, luego de que Argentina comandara el juego sin fisuras durante todo el primer tiempo.
El try neozelandés fue un soplido fuerte que derrumbó a Argentina como un castillo de naipes. Desde ahí hasta el final, fue todo negro en Londres. La defensa feroz que caracteriza a los sudamericanos se vio erosionada por la potencia de los mejores del mundo en este deporte.
Si en el primer tiempo parecía que los duelos individuales eran parejos, en la segunda mitad quedó expuesta la diferencia entre el equipo más completo línea por línea y Argentina, que progresó mucho desde su inclusión en el Rugby Championship en 2012, pero aún está lejos del campeón del mundo.
Como sucedió en anteriores cruces, Argentina dio la talla en buena parte del juego, pero no logró sostener la intensidad durante los 80 minutos en el estadio de Wembley, en el que miles de argentinos fueron parte de la historia, ya que hubo un total de 89,019 espectadores, cifra récord para un partido de rugby en un Mundial.
El anterior registro era de 82,957 en la final de 2003 en el estadio Telstra de Sydney, cuando Inglaterra le ganó a Australia 20-17.
Argentina salió a tomar la iniciativa, pero fue chocando con el apuro. Y los nervios se tradujeron en penales a favor de Nueva Zelanda, que apenas concedió la primera infracción a los 15 minutos, mientras que Argentina había cometido siete para que en 20 minutos los All Blacks lideraran 9-0 gracias a tres penales acertados por el apertura Dan Carter.
La buena dinámica en el juego, liberando el balón en los rucks con mucha agilidad, trajo un premio a los 21 minutos cuando el joven Guido Petti apoyó en el in-goal tras un ruck muy bien ejecutado que sometió a los gigantes neozelandeses.
La energía positiva contagió al equipo argentino cuando a los 29 minutos Nueva Zelanda se quedó temporalmente con 14 hombres por una zancadilla antideportiva del capitán Richie McCaw a Fernández Lobbe. La tecnología le permitió al árbitro Wayne Barnes detectarla en la repetición, para que el penal se transformara en tres puntos para Argentina y un liderazgo parcial de 10-9.
Pero la misma valentía para dominar a los hombres de negro se anulaba con infracciones infantiles que devolvían a Nueva Zelanda al partido. Así fue el cierre del primer tiempo, cuando Nicolás Sánchez fue penalizado y Carter volvió a acertar para el 12-13 con que concluyó la primera mitad.
En el complemento, Nueva Zelanda salió enfurecido a recuperar lo que le habían robado: el protagonismo. Jugó los primeros minutos en campo rival y sometió a Argentina, que debió apelar a lo que mejor sabe, defenderse.
Si bien resistió algunos minutos, el try de Smith a los 16 del complemento fue un duro golpe anímico. Y, para colmo, la resistencia física ya no era la misma: la dureza física del combate fue mermando a los soldados albicelestes. Primero Petti tuvo que ser reemplazado por una lesión a los 22 minutos y, en el complemento, los médicos argentinos visitaron el campo en reiteradas ocasiones.
Cada ataque de Nueva Zelanda parecía más incisivo que al comienzo. El dominio era total: territorial y de posesión. Hasta que un try de Cane a los 27 minutos, producto de una jugada con una superioridad numérica insostenible, terminó por derrumbar las ilusiones argentinas definitivamente.
El marcador final de 26-16, que no se modificó en los 15 minutos finales, marca lo cerca que estuvo Argentina de Nueva Zelanda. Aunque también es muestra de que sigue siendo una vara fuera del alcance de Los Pumas. Las victorias de este año ante Australia, Francia y Sudáfrica le habían generado más ilusiones que nunca a los argentinos, pero los All Blacks demostraron que para derrocar al mejor del mundo se necesita mucho más que coraje y buenas intenciones.
De inmediato Argentina deberá enfocarse en recuperar a sus jugadores lo más rápido posible porque en apenas cinco días jugarán ante el rival más complejo de los que tienen por delante en el Grupo C: Georgia venció a Samoa en su debut y envió el mensaje de que su progreso en los últimos años necesita de seria atención para los Pumas.