28/08/2013 10:29:24
Llegaba siempre tarde a todas partes. Los doctores que lo diagnosticaron creen que tiene afectada la misma parte del cerebro que aquellos que sufren síndrome de déficit de atención.
Esta noticia puede darle una excusa a muchos chilenos que no suelen ser puntuales. Sucede que Jim Dunbar, un hombre de Forfar (Escocia) de 57 años, jamás fue puntual. Llegaba tarde a todas sus citas, pero también al trabajo, a los funerales, a las vacaciones y también llegó veinte minutos tarde al hospital el día en que le diagnosticaron su tardanza crónica. Resultó que no lo hacía por capricho, realmente su cerebro le impide llegar puntual a algún sitio porque sufre este síndrome que le impide estimar el tiempo que se tarda en completar tareas. Esto sucede porque su cerebro está afectado en la misma zona que aquellos que sufren trastorno de déficit de atención. Jim se vio obligado a acudir al médico porque esta situación ha condicionado completamente su vida, de modo que pensó que quizás necesitaba ayuda psicológica. A causa de su tardanza crónica perdió numerosos trabajos y además nadie le creía cuando explicaba que era incapaz de llegar puntual. Todos pensaban que lo hacía a propósito. Ahora que Jim recibió este diagnóstico, muchos de sus allegados continúan creyendo que sólo son excusas. Según declaró a Daily Mail la doctora psicoterapeura Sheri Jacobson, director de la clínica Harley Therapy en Londres, la situación de Jim puede ser síntoma de una depresión o simplemente un hábito, pero no cree que pueda tratarse de ningún síndrome. Según dijo, es absurdo tratar de convertir en diagnóstico médico cada comportamiento humano.
Llegaba siempre tarde a todas partes. Los doctores que lo diagnosticaron creen que tiene afectada la misma parte del cerebro que aquellos que sufren síndrome de déficit de atención.
Esta noticia puede darle una excusa a muchos chilenos que no suelen ser puntuales. Sucede que Jim Dunbar, un hombre de Forfar (Escocia) de 57 años, jamás fue puntual. Llegaba tarde a todas sus citas, pero también al trabajo, a los funerales, a las vacaciones y también llegó veinte minutos tarde al hospital el día en que le diagnosticaron su tardanza crónica. Resultó que no lo hacía por capricho, realmente su cerebro le impide llegar puntual a algún sitio porque sufre este síndrome que le impide estimar el tiempo que se tarda en completar tareas. Esto sucede porque su cerebro está afectado en la misma zona que aquellos que sufren trastorno de déficit de atención. Jim se vio obligado a acudir al médico porque esta situación ha condicionado completamente su vida, de modo que pensó que quizás necesitaba ayuda psicológica. A causa de su tardanza crónica perdió numerosos trabajos y además nadie le creía cuando explicaba que era incapaz de llegar puntual. Todos pensaban que lo hacía a propósito. Ahora que Jim recibió este diagnóstico, muchos de sus allegados continúan creyendo que sólo son excusas. Según declaró a Daily Mail la doctora psicoterapeura Sheri Jacobson, director de la clínica Harley Therapy en Londres, la situación de Jim puede ser síntoma de una depresión o simplemente un hábito, pero no cree que pueda tratarse de ningún síndrome. Según dijo, es absurdo tratar de convertir en diagnóstico médico cada comportamiento humano.