27/08/2013 15:45:07
La policía lo detuvo acusado de robar tres asientos en las inmediaciones de un edificio. Cuando continuaron la investigación descubrieron su sorprendente colección.
Joji Kondo, un japonés de 35 años de Kenagawa, fue detenido por robar tres sillines de las bicicletas de tres mujeres, todos en el mismo barrio, pero cuando la Policía de la prefectura de Kenagawa se puso a investigar el robo descubrieron que el asunto era mayor de lo que imaginaban. Al registrar la casa de Kondo descubrieron nada menos que 200 asientos de bicicleta, todos pertenecientes a mujeres, con un valor total estimado en US$ 12.000 (más de $ 6 millones). Según confesó luego del descubrimiento, los robos los hizo porque los asientos conservaban el aroma de sus dueñas, y a él le gustaba olerlos y lamerlos. Para localizar a sus víctimas se fijaba en que las bicicletas tuviesen asiento extra para guaguas. Fue la propia Policía quien reveló la cruda realidad a Kondo, asegurándole que en la actualidad muchos hombres también cuidan de los hijos y los transportan de esa manera, así que era muy probable que muchos de sus asientos robados perteneciesen a hombres.
La policía lo detuvo acusado de robar tres asientos en las inmediaciones de un edificio. Cuando continuaron la investigación descubrieron su sorprendente colección.
Joji Kondo, un japonés de 35 años de Kenagawa, fue detenido por robar tres sillines de las bicicletas de tres mujeres, todos en el mismo barrio, pero cuando la Policía de la prefectura de Kenagawa se puso a investigar el robo descubrieron que el asunto era mayor de lo que imaginaban. Al registrar la casa de Kondo descubrieron nada menos que 200 asientos de bicicleta, todos pertenecientes a mujeres, con un valor total estimado en US$ 12.000 (más de $ 6 millones). Según confesó luego del descubrimiento, los robos los hizo porque los asientos conservaban el aroma de sus dueñas, y a él le gustaba olerlos y lamerlos. Para localizar a sus víctimas se fijaba en que las bicicletas tuviesen asiento extra para guaguas. Fue la propia Policía quien reveló la cruda realidad a Kondo, asegurándole que en la actualidad muchos hombres también cuidan de los hijos y los transportan de esa manera, así que era muy probable que muchos de sus asientos robados perteneciesen a hombres.