13/02/2015 16:00:20
Emocionado, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet dijo que no cometió ningún delito y pidió "humildemente perdón". Dávalos era director sociocultural de La Moneda, cargo que asumió ad honorem hace 11 meses. Se vio cuestionado porque la empresa de su esposa, pese a ser una Pyme, recibió un préstamo de $ 6.500 millones del banco de Chile, para un negocio inmobiliario en Machalí que le reportó una ganancia de $ 2.500 millones esta semana.
Tras una semana de silencio y siete días de polémicas por el caso "
Nueragate",
Sebastián Dávalos, el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, renunció a su cargo de director sociocultural de la Presidencia, a 11 meses de haber llegado a La Moneda.
"Humildemente pido perdón por este amargo momento y entiendo que no debe ser suficiente y por eso he decidido dar un paso al costado", dijo leyendo una declaración pública tras la cual no aceptó preguntas y no aclaró, entre otras dudas, si ser hijo de la ahora Presidenta fue algo que lo
ayudó a él y a
su esposa a concretar un negocio millonario.
Pese a renunciar, enfatizó en que
"no he cometido ilícito alguno ni falta funcionaria" y además dijo que ningún medio lo contactó directamente y que ni él ni su familia habló con alguno, por lo que rechazaba "categóricamente algunos comentarios" que supuestamente habrían salido de su boca, refiriéndose al episodio donde él habría llamado
"galán rural" al ministro del Interior Rodrigo Peñailillo y al comentario de que un préstamo de
$ 6.500 millones era
"poca plata", palabras que La Segunda atribuyó a su esposa, Natalia Compagnon.
Al menos CNN Chile salió a desmentir de inmediato contando que lo llamaron varias veces y que siempre les cortó el teléfono.
Antes de anunciar su renuncia, con su ex jefa de gabinete atrás, destacó los logros de las siete fundaciones que tuvo a su cargo y les agradeció su trabajo y compromiso.
De qué se trató el Nueragate
Dávalos estaba de vacaciones con su madre en Caburgua, cuando el viernes pasado la revista
Qué Pasa publicó una nota sobre el negocio inmobiliario de su esposa, Natalia Compagnon. Su empresa, Caval, obtuvo un crédito de $ 6.500 millones del Banco de Chile para un comprar 44,3 hectáreas en Machalí, los cuales subirían ostensiblemente su precio al
cambiar el plan regulador del sector y pasar a ser terrenos urbanos. Cuando eso ocurriera, Caval planeaba venderlos.
Lo llamativo del caso es que Caval tenía apenas dos años de existencia y un patrimonio de sólo $ 6 millones. Además, después se supo que Dávalos acompañó a su esposa a una reunión con el vicepresidente del
Banco de Chile, Andrónico
Luksic, para obtener el préstamo (pagadero en sólo una cuota), el cual se les otorgó el 16 de diciembre de 2013, un día después de que Bachelet ganara las elecciones. Antes el préstamo se lo habían negado dos bancos.
Esto levantó voces sobre tráfico de influencias e incluso el ministro de Hacienda (s) Alejandro Micco, dijo que
“no todo el mundo” tenía acceso a una reunión con el vicepresidente de un banco. A raíz de esto, la UDI está evaluando una investigación penal al respecto.
En Machalí, el cambio en el plano regulador se estancó, pero pese a ello Caval vendió los paños esta semana por $ 9.500 millones, con lo que la empresa de Compagnon
ganó $ 2.500 millones.
En medio del caso, Dávalos tuvo que publicar su
declaración de intereses y patrimonio, a la cual no estaba obligado, debido a que trabajaba ad honorem. Tras ello, fue el mismo gobierno el que le pidió a Dávalos que
transparentara la situación y desde entonces sólo se escucharon peticiones para que hablara y para que
renunciara. El último que salió a decir que la situación era insostenible fue
Camilo Escalona, candidato a presidente del PS, partido donde Dávalos milita.
A raíz de este mismo tema, se conoció en qué sociedades participaba Dávalos, lo que le trajo otro problema : tiene una empresa registrada en una dirección donde
nadie lo conoce.