20/12/2012 18:26:00
El pequeño recogió unos huevos en el patio, y se los llevó a la casa pensando que eran de aves, pero realmente se trataba de serpientes marrones orientales, de las más mortíferas del mundo.
![Foto Nota]()
El pequeño Kyle, un niño australiano, se encontraba jugando en su jardín cuando de repente encontró unos huevos de origen desconocido. Pensando que podría tratarse de un pájaro, le pidió a su madre que le dejase un recipiente para poder guardarlos y cuidarlos con el calor de su armario ropero. Varias semanas después, Donna Sim, la madre del pequeño abrió el armario y se encontró el recipiente lleno de las serpientes venenosas más peligrosas de Australia, la marrón oriental Pseudonaja Textilis. Se trata de la serpiente más mortífera del mundo. A la mujer casi le da un infarto cuando descubrió a los reptiles, que afortunadamente eran aún demasiado pequeños como para poder escapar. Aunque agradeció haberlo hecho antes que su hijo, que podría haber muerto al tratar de jugar con ellos. Sim agarró el recipiente y lo llevó a un centro especializado en ofidios, donde descubrió el grave peligro del que se había librado. Pero le sirvió de lección para vigilar más de cerca lo que recoja su hijo del jardín.
El pequeño recogió unos huevos en el patio, y se los llevó a la casa pensando que eran de aves, pero realmente se trataba de serpientes marrones orientales, de las más mortíferas del mundo.
![Foto Nota](http://grm10img.emol.com/Fotos/2012/12/20/file_20121220182912.jpg)
El pequeño Kyle, un niño australiano, se encontraba jugando en su jardín cuando de repente encontró unos huevos de origen desconocido. Pensando que podría tratarse de un pájaro, le pidió a su madre que le dejase un recipiente para poder guardarlos y cuidarlos con el calor de su armario ropero. Varias semanas después, Donna Sim, la madre del pequeño abrió el armario y se encontró el recipiente lleno de las serpientes venenosas más peligrosas de Australia, la marrón oriental Pseudonaja Textilis. Se trata de la serpiente más mortífera del mundo. A la mujer casi le da un infarto cuando descubrió a los reptiles, que afortunadamente eran aún demasiado pequeños como para poder escapar. Aunque agradeció haberlo hecho antes que su hijo, que podría haber muerto al tratar de jugar con ellos. Sim agarró el recipiente y lo llevó a un centro especializado en ofidios, donde descubrió el grave peligro del que se había librado. Pero le sirvió de lección para vigilar más de cerca lo que recoja su hijo del jardín.