19/03/2013 17:14:00
Su vocero matizó el estudio de la Universidad de Yale, Estados Unidos, que concluyó que la sustancia constituye un alimento para el cerebro. Más aún, lo comparó con lo que ocurre con la diabetes. “Nadie puede decir que el azúcar no alimenta, pero en exceso daña el organismo", sentenció.
Wladimir es el encargado de Información al Público de Alcohólicos Anónimos (AA). Su apellido no lo entrega, porque es uno de los pacientes de esta organización autónoma que busca la rehabilitación desde un “despertar espiritual”, según explica, y que se autosustenta financieramente. El vocero de AA lleva 11 años sin probar una gota de alcohol y desde su posición matizó el estudio de la Universidad de Yale que concluyó que el alcohol alimenta el cerebro. “Para una persona que no sufre el alcoholismo, el alcohol es plenamente un alimento porque no tiene la reacción adversa que tiene al alcohólico. En este sentido es plenamente válido pensar que es un alimento y nada más, pero no para quien padece la enfermedad”, matizó a Soychile.cl.En Alcohólicos Anónimos están conscientes de los estudios que establecen los efectos favorables de estas bebidas, como de antioxidante en el caso del vino, por ejemplo. Sin embargo, advierten que ello siempre se cumple cuando se bebe en su justa medida. "Nadie puede desmentir que el alcohol en su justa medida es beneficioso para la salud, el problema es cuando se transforma en una enfermedad que no tiene remedio", insistió. Según Wladimir "la persona que pierde la capacidad de beber moderadamente no se recupera nunca. No existe un tratamiento en el mundo ni vacuna que deje bebiendo normalmente a un alcohólico, lo que existe es el proceso para prevenir que beba. La enfermedad es para siempre". “Yo no bebo alcohol hace 11 años, pero sigo siendo alcohólico. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando yo tenga contacto con la sustancia alcohol voy a tener la misma reacción que hace 11 años. Ésa es la enfermedad”, concluyó. Finalmente, Wladimir comparó el alcoholismo con la diabetes. “Nadie puede decir que el azúcar no alimenta, pero en exceso daña el organismo", sentenció.
Su vocero matizó el estudio de la Universidad de Yale, Estados Unidos, que concluyó que la sustancia constituye un alimento para el cerebro. Más aún, lo comparó con lo que ocurre con la diabetes. “Nadie puede decir que el azúcar no alimenta, pero en exceso daña el organismo", sentenció.
Wladimir es el encargado de Información al Público de Alcohólicos Anónimos (AA). Su apellido no lo entrega, porque es uno de los pacientes de esta organización autónoma que busca la rehabilitación desde un “despertar espiritual”, según explica, y que se autosustenta financieramente. El vocero de AA lleva 11 años sin probar una gota de alcohol y desde su posición matizó el estudio de la Universidad de Yale que concluyó que el alcohol alimenta el cerebro. “Para una persona que no sufre el alcoholismo, el alcohol es plenamente un alimento porque no tiene la reacción adversa que tiene al alcohólico. En este sentido es plenamente válido pensar que es un alimento y nada más, pero no para quien padece la enfermedad”, matizó a Soychile.cl.En Alcohólicos Anónimos están conscientes de los estudios que establecen los efectos favorables de estas bebidas, como de antioxidante en el caso del vino, por ejemplo. Sin embargo, advierten que ello siempre se cumple cuando se bebe en su justa medida. "Nadie puede desmentir que el alcohol en su justa medida es beneficioso para la salud, el problema es cuando se transforma en una enfermedad que no tiene remedio", insistió. Según Wladimir "la persona que pierde la capacidad de beber moderadamente no se recupera nunca. No existe un tratamiento en el mundo ni vacuna que deje bebiendo normalmente a un alcohólico, lo que existe es el proceso para prevenir que beba. La enfermedad es para siempre". “Yo no bebo alcohol hace 11 años, pero sigo siendo alcohólico. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando yo tenga contacto con la sustancia alcohol voy a tener la misma reacción que hace 11 años. Ésa es la enfermedad”, concluyó. Finalmente, Wladimir comparó el alcoholismo con la diabetes. “Nadie puede decir que el azúcar no alimenta, pero en exceso daña el organismo", sentenció.