31/01/2013 19:39:00
El consultor gramatical, que trabajó durante dos años en el programa juvenil de Chilevisión, expresó una "pena enorme" por el fin del ciclo, aunque mostró su satisfacción por haber formado a "tanto chiquillo", como Karol Dance, que "con un metro sesenta y piquito pudo ser un rostro sin ser un tipo de belleza masculina".
Mañana es el último capítulo de Yingo, el programa juvenil de Chilevisión, por lo que el profesor Jaime Campusano, que trabajó durante dos años en el espacio, mostró su pena ante lo que califica como "el final de un ciclo". En conversación con SoyChile, desde Iquique, el consultor gramatical cuenta que "les mandé un correo a los chiquillos diciéndoles el agrado enorme de haber trabajdo dos años de los 4 de Yingo, colaborando con la ortografía, y formando a tanto chiquillo. El final se veía venir y lo lamento tanto. Yingo no fue un crisol como lo fue Rojo, pero sí formó gente como la Faloon o Karol, Hardcorito, la Mónica o el Gallina, que renovaron los rostros juveniles chilenos. Me genera mucho agrado que una persona tan mayor como yo haya participado de ese espacio". Sobre los personajes que deja el programa, valoró que "el Potro Cabrera aprendió mucho, tuvo paciencia para esperar su turno. También aprendió mucho el Karol, que con un metro sesenta y piquito pudo ser un rostro sin ser un tipo de belleza masculina; la faloon que se convirtió en sex symbol. Ahí está la mano de Alex Hernández (el director), como continuador del Mekano". Campusano cree que Yingo logró "colaborar con cultura; no era solamente un programa de chiquillas con silicona o chiquillos medios tontorrones. Es una pena que se acabe, pero también tenía que cumplir un ciclo. Fue emblemático en la historia de la televisión chilena". Respecto a la forma de hablar de los jóvenes en espacios como los realities, opinó que “la gramática, el buen hablar y la buena dicción pasaron de moda. Estamos enfrentando nuevos tiempos, existe Twitter, el chat, eso es lo vivo que tiene el idioma. No puedo decir que sea malo, es un período de cambio comunicacional, con las redes sociales. El lenguaje actual es agresivo y competitivo, donde hay que tratar de destruir para avanzar, y en eso se usa la palabrota. Ya volverá la moda de un gran concurso de ortografía y vocabulario. Y ahí estaré yo", cerró.
El consultor gramatical, que trabajó durante dos años en el programa juvenil de Chilevisión, expresó una "pena enorme" por el fin del ciclo, aunque mostró su satisfacción por haber formado a "tanto chiquillo", como Karol Dance, que "con un metro sesenta y piquito pudo ser un rostro sin ser un tipo de belleza masculina".
Mañana es el último capítulo de Yingo, el programa juvenil de Chilevisión, por lo que el profesor Jaime Campusano, que trabajó durante dos años en el espacio, mostró su pena ante lo que califica como "el final de un ciclo". En conversación con SoyChile, desde Iquique, el consultor gramatical cuenta que "les mandé un correo a los chiquillos diciéndoles el agrado enorme de haber trabajdo dos años de los 4 de Yingo, colaborando con la ortografía, y formando a tanto chiquillo. El final se veía venir y lo lamento tanto. Yingo no fue un crisol como lo fue Rojo, pero sí formó gente como la Faloon o Karol, Hardcorito, la Mónica o el Gallina, que renovaron los rostros juveniles chilenos. Me genera mucho agrado que una persona tan mayor como yo haya participado de ese espacio". Sobre los personajes que deja el programa, valoró que "el Potro Cabrera aprendió mucho, tuvo paciencia para esperar su turno. También aprendió mucho el Karol, que con un metro sesenta y piquito pudo ser un rostro sin ser un tipo de belleza masculina; la faloon que se convirtió en sex symbol. Ahí está la mano de Alex Hernández (el director), como continuador del Mekano". Campusano cree que Yingo logró "colaborar con cultura; no era solamente un programa de chiquillas con silicona o chiquillos medios tontorrones. Es una pena que se acabe, pero también tenía que cumplir un ciclo. Fue emblemático en la historia de la televisión chilena". Respecto a la forma de hablar de los jóvenes en espacios como los realities, opinó que “la gramática, el buen hablar y la buena dicción pasaron de moda. Estamos enfrentando nuevos tiempos, existe Twitter, el chat, eso es lo vivo que tiene el idioma. No puedo decir que sea malo, es un período de cambio comunicacional, con las redes sociales. El lenguaje actual es agresivo y competitivo, donde hay que tratar de destruir para avanzar, y en eso se usa la palabrota. Ya volverá la moda de un gran concurso de ortografía y vocabulario. Y ahí estaré yo", cerró.