21/12/2012 10:50:00
Tras la intervención, la mujer empezó a sentir un dolor insoportable. La volvieron a operar y le extrajeron fragmentos de hueso que nacían en el tejido de su párpado. Un biólogo afirmó que los productos químicos terminan por desaparecer cuando se dejan de tomar, pero las células madre permanecen para siempre.
![Foto Nota]()
Una mujer de 60 años de Los Ángeles, Estados Unidos, decidió someterse a una cirugía estética para borrar el paso de los años en su rostro. Los cirujanos probaron con ella una cirugía novedosa, basada en el uso de células madre. Parecía que todo había funcionado correctamente, hasta que la mujer empezó a sufrir un dolor insoportable en sus ojos. No podía abrirlos y producían un extraño ruido al intentarlo. La volvieron a operar y extrajeron fragmentos de hueso que nacían en el tejido de su párpado. La explicación es un fenómeno que los cirujanos deberían haber tenido en cuenta antes de la primera operación, y es que las células madre mesenquimales que le inyectaron, en combinación con los filtros dérmicos de eliminación de las arrugas -que contienen hidroxiapatita cálcica- pueden dar lugar al crecimiento de huesos. Según el biólogo Paul Knopfler, de la Universidad de California, hay que tener mucho cuidado con las células madre, que son un descubrimiento formidable pero no es como cualquier medicamento. Los productos químicos terminan por desaparecer cuando se dejan de tomar, pero las células madre permanecen para siempre.
Tras la intervención, la mujer empezó a sentir un dolor insoportable. La volvieron a operar y le extrajeron fragmentos de hueso que nacían en el tejido de su párpado. Un biólogo afirmó que los productos químicos terminan por desaparecer cuando se dejan de tomar, pero las células madre permanecen para siempre.
Una mujer de 60 años de Los Ángeles, Estados Unidos, decidió someterse a una cirugía estética para borrar el paso de los años en su rostro. Los cirujanos probaron con ella una cirugía novedosa, basada en el uso de células madre. Parecía que todo había funcionado correctamente, hasta que la mujer empezó a sufrir un dolor insoportable en sus ojos. No podía abrirlos y producían un extraño ruido al intentarlo. La volvieron a operar y extrajeron fragmentos de hueso que nacían en el tejido de su párpado. La explicación es un fenómeno que los cirujanos deberían haber tenido en cuenta antes de la primera operación, y es que las células madre mesenquimales que le inyectaron, en combinación con los filtros dérmicos de eliminación de las arrugas -que contienen hidroxiapatita cálcica- pueden dar lugar al crecimiento de huesos. Según el biólogo Paul Knopfler, de la Universidad de California, hay que tener mucho cuidado con las células madre, que son un descubrimiento formidable pero no es como cualquier medicamento. Los productos químicos terminan por desaparecer cuando se dejan de tomar, pero las células madre permanecen para siempre.