30/11/2012 19:13:00
El entrenador de Marcelo Salas en los millonarios fue presentado hoy en el equipo Bandasangre. El Pelado inició su tercer ciclo como técnico de River Plate decidido a cambiarle "la mentalidad inmediatamente" para pelear por el título.
Ramón Díaz inició hoy su tercer ciclo como técnico de River Plate decidido a cambiarle "la mentalidad inmediatamente" para pelear por el título y aseguró que con él como entrenador el club de Núñez no hubiera descendido a la segunda división argentina de fútbol. "River tiene que cambiar de mentalidad inmediatamente y que sea el equipo ganador que siempre fue", aseguró Díaz tras firmar el contrato con el presidente "millonario", Daniel Passarella. "Queremos armar un equipo para que pelee el campeonato, y que juegue bien al fútbol porque es la única forma de pelear", subrayó Díaz, quien se autodefinió como "un soldado" de la institución y "el entrenador más grande de River". El entrenador fue además categórico al responder si con él en el banquillo River hubiera descendido en junio de 2011: "Por supuesto que no se hubiera ido, pero eso es parte del pasado. Hay que pensar en el futuro. Este club es muy grande y tenemos que volver a ponerlo arriba". Díaz sucederá a Matías Almeyda, quien fue despedido este miércoles por los pobres resultados que obtuvo en el torneo Inicial luego de conseguir el ascenso de la segunda división en junio pasado. El "Pelado" Díaz, ex entrenador del América de México y San Lorenzo e Independiente de Argentina, firmó contrato por un año y se hará cargo del conjunto a partir del próximo martes, por lo que este domingo no se sentará en el banquillo durante el partido ante Lanús por la penúltima fecha del Inicial. El cuerpo técnico estará integrado por su hijo Emiliano Díaz, Marcelo Escudero, los preparadores físicos Jorge Pidal y Carlos Bustamante, y el médico Rafael Giulietti. Díaz dirigió a River en dos ciclos diferentes, el de 1995-1999 y luego entre 2001 y 2002, y es muy querido por los hinchas de "millonarios". Es además el entrenador más ganador de la historia del club, con cinco campeonatos locales y dos internacionales: la Copa Libertadores de América 1996 y la Supercopa Sudamericana de 1997. Al reasumir hoy, le dedicó unas cálidas palabras de agradecimiento a Almeyda "por todo lo que le ha dado al club". "Nunca se olviden de Almeyda", pidió. Díaz y Passarella intentaron minimizar supuestos roces en su relación, que habrían sido la causa de que recién ahora el "Pelado" haya sido aceptado para el cargo ante el clamor de los hinchas. "Este era el momento para que volviera", sostuvo el presidente del club. El nuevo entrenador fue más directo: "Yo si hubiese sido Passarella me hubiera llamado mucho antes, cuando asumió como presidente". De cara al futuro, prometió ser fiel a su estilo con "mucha presión, mucho ataque". River ganó sólo ocho de los últimos 21 puntos que puso en juego en el torneo Inicial. El sábado empató 2-2 con Independiente y está noveno en la tabla, con 23 puntos ganados en 17 fechas. No pudo cumplir la meta de sumar 30 puntos en este campeonato ni tampoco vencer en el superclásico a su archirrival Boca Juniors, un hito que hubiera dado más oxígeno a la era de Almeyda. Passarella aclaró en tanto que "hubo mucha confusión con respecto a la salida de Almeyda", que fue "consensuada". "Quiero agradecerle a Matías y a todo el cuerpo técnico suyo por todo el esfuerzo y el desgaste que significa ser entrenador de River y también presidente de River, el desgaste que juntos hemos enfrentado siempre y nos llevó hasta esta situación en la cual los dos creímos que lo mejor para River era que Matías terminara", declaró. Almeyda, un histórico jugador de River, se retiró de apuro en 2011 del fútbol profesional para hacerse cargo de la dirección técnica "millonaria" en el peor momento de la centenaria historia del club, al descender por primera vez a la segunda división. Tras un año de angustia y esfuerzo, el "Pelado" llevó en junio pasado a River de regreso a la máxima categoría, pero en el torneo Inicial no logró dar forma al plantel ni dotarlo de una identidad de juego.
El entrenador de Marcelo Salas en los millonarios fue presentado hoy en el equipo Bandasangre. El Pelado inició su tercer ciclo como técnico de River Plate decidido a cambiarle "la mentalidad inmediatamente" para pelear por el título.
Ramón Díaz inició hoy su tercer ciclo como técnico de River Plate decidido a cambiarle "la mentalidad inmediatamente" para pelear por el título y aseguró que con él como entrenador el club de Núñez no hubiera descendido a la segunda división argentina de fútbol. "River tiene que cambiar de mentalidad inmediatamente y que sea el equipo ganador que siempre fue", aseguró Díaz tras firmar el contrato con el presidente "millonario", Daniel Passarella. "Queremos armar un equipo para que pelee el campeonato, y que juegue bien al fútbol porque es la única forma de pelear", subrayó Díaz, quien se autodefinió como "un soldado" de la institución y "el entrenador más grande de River". El entrenador fue además categórico al responder si con él en el banquillo River hubiera descendido en junio de 2011: "Por supuesto que no se hubiera ido, pero eso es parte del pasado. Hay que pensar en el futuro. Este club es muy grande y tenemos que volver a ponerlo arriba". Díaz sucederá a Matías Almeyda, quien fue despedido este miércoles por los pobres resultados que obtuvo en el torneo Inicial luego de conseguir el ascenso de la segunda división en junio pasado. El "Pelado" Díaz, ex entrenador del América de México y San Lorenzo e Independiente de Argentina, firmó contrato por un año y se hará cargo del conjunto a partir del próximo martes, por lo que este domingo no se sentará en el banquillo durante el partido ante Lanús por la penúltima fecha del Inicial. El cuerpo técnico estará integrado por su hijo Emiliano Díaz, Marcelo Escudero, los preparadores físicos Jorge Pidal y Carlos Bustamante, y el médico Rafael Giulietti. Díaz dirigió a River en dos ciclos diferentes, el de 1995-1999 y luego entre 2001 y 2002, y es muy querido por los hinchas de "millonarios". Es además el entrenador más ganador de la historia del club, con cinco campeonatos locales y dos internacionales: la Copa Libertadores de América 1996 y la Supercopa Sudamericana de 1997. Al reasumir hoy, le dedicó unas cálidas palabras de agradecimiento a Almeyda "por todo lo que le ha dado al club". "Nunca se olviden de Almeyda", pidió. Díaz y Passarella intentaron minimizar supuestos roces en su relación, que habrían sido la causa de que recién ahora el "Pelado" haya sido aceptado para el cargo ante el clamor de los hinchas. "Este era el momento para que volviera", sostuvo el presidente del club. El nuevo entrenador fue más directo: "Yo si hubiese sido Passarella me hubiera llamado mucho antes, cuando asumió como presidente". De cara al futuro, prometió ser fiel a su estilo con "mucha presión, mucho ataque". River ganó sólo ocho de los últimos 21 puntos que puso en juego en el torneo Inicial. El sábado empató 2-2 con Independiente y está noveno en la tabla, con 23 puntos ganados en 17 fechas. No pudo cumplir la meta de sumar 30 puntos en este campeonato ni tampoco vencer en el superclásico a su archirrival Boca Juniors, un hito que hubiera dado más oxígeno a la era de Almeyda. Passarella aclaró en tanto que "hubo mucha confusión con respecto a la salida de Almeyda", que fue "consensuada". "Quiero agradecerle a Matías y a todo el cuerpo técnico suyo por todo el esfuerzo y el desgaste que significa ser entrenador de River y también presidente de River, el desgaste que juntos hemos enfrentado siempre y nos llevó hasta esta situación en la cual los dos creímos que lo mejor para River era que Matías terminara", declaró. Almeyda, un histórico jugador de River, se retiró de apuro en 2011 del fútbol profesional para hacerse cargo de la dirección técnica "millonaria" en el peor momento de la centenaria historia del club, al descender por primera vez a la segunda división. Tras un año de angustia y esfuerzo, el "Pelado" llevó en junio pasado a River de regreso a la máxima categoría, pero en el torneo Inicial no logró dar forma al plantel ni dotarlo de una identidad de juego.