26/03/2013 11:55:00
Con 56 años y 30 teleseries en el cuerpo, el actor de Las Vega’s confesó que no se imaginaba el arrollador éxito de su personaje, el vedetto Coto. “De saberlo hubiese hecho más abdominales”, dijo bromeando.
![Foto Nota]()
El actor Cristián Campos visitó esta mañana el programa Bienvenidos para conversar sobre su comentado rol en la teleserie nocturna Las Vega’s, en la que interpreta al experimentado vedetto Coto. “A mi edad trabajar empelotándose es un desafío. Me da miedo no poder mantener el peso durante 8 meses, porque mis compañeritos pueden comerse un buey y quedan iguales, en cambio uno come un poquitito y engorda al tiro. El metabolismo es distinto”, confesó en el matinal. Con 56 años y 30 teleseries en el cuerpo, el emblemático rostro de Canal 13 expresó que no se imaginaba que su personaje tuviese un éxito tan arrollador, señalando en broma que “de saberlo hubiese hecho más abdominales”. “Da un pudor tremendo, porque uno está acostumbrado a que las grabaciones siempre sean súper íntimas, pero ahora nos llenan la sala con 70 chicas que gritan ardorosamente. Por eso uno empieza a admirar la pega de estos cabros, es realmente muy sacrificada”, agregó.
Con 56 años y 30 teleseries en el cuerpo, el actor de Las Vega’s confesó que no se imaginaba el arrollador éxito de su personaje, el vedetto Coto. “De saberlo hubiese hecho más abdominales”, dijo bromeando.
El actor Cristián Campos visitó esta mañana el programa Bienvenidos para conversar sobre su comentado rol en la teleserie nocturna Las Vega’s, en la que interpreta al experimentado vedetto Coto. “A mi edad trabajar empelotándose es un desafío. Me da miedo no poder mantener el peso durante 8 meses, porque mis compañeritos pueden comerse un buey y quedan iguales, en cambio uno come un poquitito y engorda al tiro. El metabolismo es distinto”, confesó en el matinal. Con 56 años y 30 teleseries en el cuerpo, el emblemático rostro de Canal 13 expresó que no se imaginaba que su personaje tuviese un éxito tan arrollador, señalando en broma que “de saberlo hubiese hecho más abdominales”. “Da un pudor tremendo, porque uno está acostumbrado a que las grabaciones siempre sean súper íntimas, pero ahora nos llenan la sala con 70 chicas que gritan ardorosamente. Por eso uno empieza a admirar la pega de estos cabros, es realmente muy sacrificada”, agregó.