21/03/2013 11:45:00
Hace seis años, una familia neoyorkina compró el objeto, sin mayor pretensión. Finalmente se trataba de una pieza única, ya que sólo se conoce una pieza parecida en todo el mundo que está en el Museo Británico de Londres.
Una familia neoyorkina compró en el verano de 2007 un tazón chino de cerámica para colocarlo en el living de su casa. Gaston $1.500 en él. No le dieron mayor importancia al objeto hasta que en la Gran Manzana comenzó a ponerse de moda el arte chino, de modo que decidieron llamar a un experto para que calculase si el objeto tenía algún valor. Resultó que su valor era mucho mayor de lo que habían pagado por él, y no se imaginaron cuánto hasta que lo subastaron en la casa Sotheby's. La casa de subastas calculó que lograrían vender el tazón por unos cien millones de pesos, sin embargo, ellos mismos se sorprendieron cuando comenzó una gran batalla de pujas y el objeto finalmente alcanzó los mil millones, ofrecidos por un inglés llamado Giuseppe Eskenazi. El ganador dijo que se trataba de un objeto casi único, puesto que tan sólo se conoce una pieza similar en todo el mundo, que se encuentra desde hace más de 60 años en el Museo Británico de Londres.
Hace seis años, una familia neoyorkina compró el objeto, sin mayor pretensión. Finalmente se trataba de una pieza única, ya que sólo se conoce una pieza parecida en todo el mundo que está en el Museo Británico de Londres.
Una familia neoyorkina compró en el verano de 2007 un tazón chino de cerámica para colocarlo en el living de su casa. Gaston $1.500 en él. No le dieron mayor importancia al objeto hasta que en la Gran Manzana comenzó a ponerse de moda el arte chino, de modo que decidieron llamar a un experto para que calculase si el objeto tenía algún valor. Resultó que su valor era mucho mayor de lo que habían pagado por él, y no se imaginaron cuánto hasta que lo subastaron en la casa Sotheby's. La casa de subastas calculó que lograrían vender el tazón por unos cien millones de pesos, sin embargo, ellos mismos se sorprendieron cuando comenzó una gran batalla de pujas y el objeto finalmente alcanzó los mil millones, ofrecidos por un inglés llamado Giuseppe Eskenazi. El ganador dijo que se trataba de un objeto casi único, puesto que tan sólo se conoce una pieza similar en todo el mundo, que se encuentra desde hace más de 60 años en el Museo Británico de Londres.