11/12/2012 12:07:00
Darwin se escapó de un auto y se metió al IKEA de Toronto, que estaba lleno de clientes. Su aventura fue Trending topic y le crearon cuentas en Twitter, una con más de 700 seguidores. El primate fue enviado a un santuario y su ex dueño multado.
Un mono llamado Darwin, vestido con un grueso abrigo y un pañal se escapó del auto de su dueño y se metió a al IKEA de Toronto (Canadá), una conocida tienda de venta de muebles, provocando revuelo en el lugar que estaba lleno de clientes. Los trabajadores y clientes de la tienda pensaron que se trataba de una publicidad, pero estaban equivocados. Darwin se convirtió en Trending Topic y generó numerosos chistes acerca del estilo y el gusto por la moda del animal. También le crearon varios perfiles llamados Ikea Monkey, uno de ellos con más de 700 seguidores. Finalmente al mono lo atraparon en la entrada de la tienda y quedó en manos del Departamento de Servicios Animales de Toronto, que lo envió a un santuario para primates en el norte de la ciudad. Su dueño tuvo que renunciar a su propiedad, porque en Canadá está prohibido tener mascotas exóticas y pagar una multa de 250 dólares canadienses.
Darwin se escapó de un auto y se metió al IKEA de Toronto, que estaba lleno de clientes. Su aventura fue Trending topic y le crearon cuentas en Twitter, una con más de 700 seguidores. El primate fue enviado a un santuario y su ex dueño multado.
Un mono llamado Darwin, vestido con un grueso abrigo y un pañal se escapó del auto de su dueño y se metió a al IKEA de Toronto (Canadá), una conocida tienda de venta de muebles, provocando revuelo en el lugar que estaba lleno de clientes. Los trabajadores y clientes de la tienda pensaron que se trataba de una publicidad, pero estaban equivocados. Darwin se convirtió en Trending Topic y generó numerosos chistes acerca del estilo y el gusto por la moda del animal. También le crearon varios perfiles llamados Ikea Monkey, uno de ellos con más de 700 seguidores. Finalmente al mono lo atraparon en la entrada de la tienda y quedó en manos del Departamento de Servicios Animales de Toronto, que lo envió a un santuario para primates en el norte de la ciudad. Su dueño tuvo que renunciar a su propiedad, porque en Canadá está prohibido tener mascotas exóticas y pagar una multa de 250 dólares canadienses.