05/03/2013 18:29:00
Kaiden McCormick nació con cinco semanas de anticipo, pero de todas formas fue dado de alta. Ahora sus padres lideran una campaña para que se tome conciencia del peligro del herpes en personas que se relacionan con recién nacidos, más aún cuando se trata de prematuros.
En el Reino Unido, una familia que le quiso entregar mucho amor a su hijo recién nacido, Kaiden McCormick, terminó llevándolo a la muerte. Pasa que Carl Maclaren, su progenitor, no sabía que tenía herpes, por lo que no tuvo cuidados en besar al menor. El problema es que la guagua, que había nacido con cinco semanas de anticipo, se contagió, se puso azul, no quiso más leche y finalmente murió. “Cuando me dijeron que era herpes, no lo podía creer. Me preguntaba cómo era posible que un bebé tuviera herpes”, dijo la mamá al diario The Sun. “Cuando los doctores me dijeron que el virus se transmitía por el contacto directo de una herida, miré a Carl, y él instintivamente se tocó el labio. En ese momento, vi que su corazón se partía en dos. Carl se desmoronó”, agregó. Kaiden tenía sólo dos meses cuando murió debido a un fallo múltiple de órganos producido por el virus. Loa padres ahora lideran una campaña para que se tome conciencia del peligro del herpes en personas que se relacionan con recién nacidos. “Sólo hay una cosa peor que el dolor de haber perdido a nuestro hijo, y es la angustia de saber que su muerte podría haberse evitado. Nadie nos dijo que el herpes labial de Carl planteaba semejante riesgo. Nosotros solo colmamos al bebé de amor y de besos. Ahora lo único que podemos hacer es advertir a otros padres para que se ahorren este dolor. Ningún bebé debería morir de un beso”, dijo McCormick.
Kaiden McCormick nació con cinco semanas de anticipo, pero de todas formas fue dado de alta. Ahora sus padres lideran una campaña para que se tome conciencia del peligro del herpes en personas que se relacionan con recién nacidos, más aún cuando se trata de prematuros.
En el Reino Unido, una familia que le quiso entregar mucho amor a su hijo recién nacido, Kaiden McCormick, terminó llevándolo a la muerte. Pasa que Carl Maclaren, su progenitor, no sabía que tenía herpes, por lo que no tuvo cuidados en besar al menor. El problema es que la guagua, que había nacido con cinco semanas de anticipo, se contagió, se puso azul, no quiso más leche y finalmente murió. “Cuando me dijeron que era herpes, no lo podía creer. Me preguntaba cómo era posible que un bebé tuviera herpes”, dijo la mamá al diario The Sun. “Cuando los doctores me dijeron que el virus se transmitía por el contacto directo de una herida, miré a Carl, y él instintivamente se tocó el labio. En ese momento, vi que su corazón se partía en dos. Carl se desmoronó”, agregó. Kaiden tenía sólo dos meses cuando murió debido a un fallo múltiple de órganos producido por el virus. Loa padres ahora lideran una campaña para que se tome conciencia del peligro del herpes en personas que se relacionan con recién nacidos. “Sólo hay una cosa peor que el dolor de haber perdido a nuestro hijo, y es la angustia de saber que su muerte podría haberse evitado. Nadie nos dijo que el herpes labial de Carl planteaba semejante riesgo. Nosotros solo colmamos al bebé de amor y de besos. Ahora lo único que podemos hacer es advertir a otros padres para que se ahorren este dolor. Ningún bebé debería morir de un beso”, dijo McCormick.