29/11/2012 17:14:00
El delantero de Unión Española, clave en el juego que vapuleó a la U y a Colo Colo en los playoffs, superó serias dificultades en su adolescencia para dedicarse al fútbol profesional. Luego de la gloria conquistada en el Apertura 2009 en el equipo de Marakarián, deambuló por México y Argentina para volver al equipo azul este año. Tras ser desechado por Sampaoli, el orgulloso hijo de la población El Castillo prepara su revancha.
Hace tres años y cinco meses, la Universidad de Chile jugaba la final de ida del torneo de Apertura, de la mano del hoy técnico de la Selección de Perú, Sergio Markarián. Los azules estaban a dos partidos de volver a gritar campeón luego de cinco años de sequía. Corría el minuto 14’ cuando Emilio Hernández aprovecha un error del portero Cristián Limenza y manda la pelota al fondo de las redes. El encuentro terminaría 1-1 y la final de vuelta en el Santa Laura sólo serviría para que el Chuncho recuperara la gloria olvidada tras la exitosa generación del Colo Colo de Borghi. En ese campeonato, el Choro Emilio, orgulloso oriundo de la población El Castillo de La Pintana, fue vital para el letal ataque universitario, comandado por el gigante Juan Manuel Olivera, quien anotó de palomita el 1-0 de la final de vuelta. Ese título hizo olvidar una sacrificada historia de vida del hoy delantero de Unión Española. El mismo que la semana pasada le dio un baile a los de Sampaoli en el Nacional, y que ayer casi sentenció a Colo Colo, debió pasar varios obstáculos hasta convertirse finalmente en futbolista profesional. Tras dar sus primeros pasos en las cadetes de Colo Colo, pasó a las inferiores de la U, donde debutó en 2007. Sin embargo, estuvo a punto de dejar la actividad luego de ser padre. El ayudante técnico Mariano Puyol fue quien le dio el apoyo moral para seguir con su sueño de estrella. "'Si sigues así, serás un gran jugador', me manifestó un día Mariano Puyol y yo le creí. Por eso lucho cada día para que sus palabras no se las lleve el viento y para decirle más adelante: ¡Eh, profe, tenía razón!", dijo a La Cuarta en 2007, cuando volvió de un préstamo a Everton. Luego de la efervescencia del Apertura 2009, Emilio se fue al Cruz Azul de México, donde nunca tuvo la continuidad para demostrar su verdadera clase, que tanto ha asomado en los playoffs. En 2010 pasó a Argentinos Juniors, donde sería campeón del fútbol trasandino en un increíble torneo, dirigido por Claudio Borghi y acompañado por su compatriota Nicolás Peric en el arco. Aunque no fue titular permanente, el buen juego despertó el interés de Jorge Sampaoli, quien lo trajo de vuelta al campeón de la Sudamericana. Pero el Apertura 2012 no fue lo que esperaba. Jugó poco en la liga local y en la Libertadores, y Sampaoli lo desecho. Se fue dolido y enojado. “Me voy triste, porque no tuve el trato que me merecía. Volví a la U con mucha ilusión”, señaló. Por eso se explica la dedicatoria de su gol el domingo pasado, a la barra azul. Y también por eso se entiende su alegría incontenible tras anotar ayer en el 3-1 sobre Colo Colo, pese a que recibió amarilla y se perderá la vuelta en el Monumental, el domingo. “Parece que somos un equipo de reacción, lo estamos haciendo bien. Estamos jugando muy bien. Estoy feliz. Mis compañeros son un grupo maravilloso y han demostrado que están para ser campeón”, dijo el Choro al terminar el encuentro, como recordando que aún no se extingue su sueño juvenil por ser una estrella internacional. "Ya que si bien es complicado vivir en una población, igual puedes triunfar. ¿Sabes? En El Castillo también hay estrellas, jejé", auguró cuando tenía 23 años.
El delantero de Unión Española, clave en el juego que vapuleó a la U y a Colo Colo en los playoffs, superó serias dificultades en su adolescencia para dedicarse al fútbol profesional. Luego de la gloria conquistada en el Apertura 2009 en el equipo de Marakarián, deambuló por México y Argentina para volver al equipo azul este año. Tras ser desechado por Sampaoli, el orgulloso hijo de la población El Castillo prepara su revancha.
Hace tres años y cinco meses, la Universidad de Chile jugaba la final de ida del torneo de Apertura, de la mano del hoy técnico de la Selección de Perú, Sergio Markarián. Los azules estaban a dos partidos de volver a gritar campeón luego de cinco años de sequía. Corría el minuto 14’ cuando Emilio Hernández aprovecha un error del portero Cristián Limenza y manda la pelota al fondo de las redes. El encuentro terminaría 1-1 y la final de vuelta en el Santa Laura sólo serviría para que el Chuncho recuperara la gloria olvidada tras la exitosa generación del Colo Colo de Borghi. En ese campeonato, el Choro Emilio, orgulloso oriundo de la población El Castillo de La Pintana, fue vital para el letal ataque universitario, comandado por el gigante Juan Manuel Olivera, quien anotó de palomita el 1-0 de la final de vuelta. Ese título hizo olvidar una sacrificada historia de vida del hoy delantero de Unión Española. El mismo que la semana pasada le dio un baile a los de Sampaoli en el Nacional, y que ayer casi sentenció a Colo Colo, debió pasar varios obstáculos hasta convertirse finalmente en futbolista profesional. Tras dar sus primeros pasos en las cadetes de Colo Colo, pasó a las inferiores de la U, donde debutó en 2007. Sin embargo, estuvo a punto de dejar la actividad luego de ser padre. El ayudante técnico Mariano Puyol fue quien le dio el apoyo moral para seguir con su sueño de estrella. "'Si sigues así, serás un gran jugador', me manifestó un día Mariano Puyol y yo le creí. Por eso lucho cada día para que sus palabras no se las lleve el viento y para decirle más adelante: ¡Eh, profe, tenía razón!", dijo a La Cuarta en 2007, cuando volvió de un préstamo a Everton. Luego de la efervescencia del Apertura 2009, Emilio se fue al Cruz Azul de México, donde nunca tuvo la continuidad para demostrar su verdadera clase, que tanto ha asomado en los playoffs. En 2010 pasó a Argentinos Juniors, donde sería campeón del fútbol trasandino en un increíble torneo, dirigido por Claudio Borghi y acompañado por su compatriota Nicolás Peric en el arco. Aunque no fue titular permanente, el buen juego despertó el interés de Jorge Sampaoli, quien lo trajo de vuelta al campeón de la Sudamericana. Pero el Apertura 2012 no fue lo que esperaba. Jugó poco en la liga local y en la Libertadores, y Sampaoli lo desecho. Se fue dolido y enojado. “Me voy triste, porque no tuve el trato que me merecía. Volví a la U con mucha ilusión”, señaló. Por eso se explica la dedicatoria de su gol el domingo pasado, a la barra azul. Y también por eso se entiende su alegría incontenible tras anotar ayer en el 3-1 sobre Colo Colo, pese a que recibió amarilla y se perderá la vuelta en el Monumental, el domingo. “Parece que somos un equipo de reacción, lo estamos haciendo bien. Estamos jugando muy bien. Estoy feliz. Mis compañeros son un grupo maravilloso y han demostrado que están para ser campeón”, dijo el Choro al terminar el encuentro, como recordando que aún no se extingue su sueño juvenil por ser una estrella internacional. "Ya que si bien es complicado vivir en una población, igual puedes triunfar. ¿Sabes? En El Castillo también hay estrellas, jejé", auguró cuando tenía 23 años.