04/02/2013 14:24:00
Tras analizar el ADN del esqueleto encontrado en septiembre, los investigadores de la Universidad de Leicester llegaron a la conclusión de que se trata de los restos del último rey de Inglaterra de la dinastía Plantagenet, quien fue inmortalizado como un tirano por William Shakespeare. Tenía una flecha en su encorvada espalda.
El esqueleto hallado en un aparcamiento el año pasado en Leicester pertenece al rey Ricardo III de Inglaterra, que murió en la batalla de Bosworth en 1485, según certificaron hoy los científicos de esta ciudad británica. "Podemos asegurar sin duda alguna que se trata del esqueleto de Ricardo III", dijo el arqueólogo jefe Richard Buckley de la Universidad de Leicester El esqueleto, que tenía una flecha en su espalda y un trauma severo en el cráneo, fue hallado hace medio año durante unas excavaciones arqueológicas. "Hoy se está haciendo historia y nosotros somos testigos", destacó el director del archivo de la universidad de Leicester, Richard Taylor, en una comparecencia ante la prensa a la que acudieron más de 140 periodistas de todo el mundo. El tema había despertado un gran interés en los medios. Ricardo III fue rey durante sólo dos años, desde octubre de 1483 hasta el 22 de agosto de 1485, cuando murió en la batalla de Bosworth. Fue enterrado en el convento de Greyfriars, pero al disolverse éste bajo el reinado de Enrique VIII, el cadáver desapareció. El último monarca de la dinastía Plantagenet da título a una obra de teatro de William Shakespeare, que lo caracterizó como un asesino sin escrúpulos ("Ricardo III"). Las pruebas aportadas por un equipo integrado por arqueólogos, historiadores, biólogos y expertos en ADN, no dan lugar a dudas de que se trata del rey Ricardo, subrayó Taylor. Entre las pruebas más claras figura un encorvamiento de la columna vertebral, que había causado su esclerosis. Además, el ADN del monarca, fallecido hace más de 500 años, se comparó con el de sus descendientes. El rey falleció a los 32 años y con su muerte se puso final a la disputa por el trono de Inglaterra. Para muchos ese momento constituye el fin de la Edad Media en Inglaterra. Le sucedió en el trono Enrique VII, el primer representante de la dinastía Tudor. A Ricardo III se le ha presentado -nada menos que por William Shakespeare- a menudo como un rey brutal y déspota desfigurado, al que no le temblaba la mano a la hora de matar a miembros de su propia familia. En la actualidad, los científicos creen, sin embargo, que esta mala imagen se debe en parte a una campaña de difamación de los gobernantes Tudor que estaban en su contra. El hallazgo podrá contribuir a reconstruir su verdadera vida, según señaló Philippa Langley de la Richard III Society. Los expertos siguen investigando el esqueleto y seguramente a principios de 2014 se llevarán los restos a la catedral de Leicester. Cerca del lugar donde se halló el esqueleto se abrirá un centro de visitantes.
Tras analizar el ADN del esqueleto encontrado en septiembre, los investigadores de la Universidad de Leicester llegaron a la conclusión de que se trata de los restos del último rey de Inglaterra de la dinastía Plantagenet, quien fue inmortalizado como un tirano por William Shakespeare. Tenía una flecha en su encorvada espalda.
El esqueleto hallado en un aparcamiento el año pasado en Leicester pertenece al rey Ricardo III de Inglaterra, que murió en la batalla de Bosworth en 1485, según certificaron hoy los científicos de esta ciudad británica. "Podemos asegurar sin duda alguna que se trata del esqueleto de Ricardo III", dijo el arqueólogo jefe Richard Buckley de la Universidad de Leicester El esqueleto, que tenía una flecha en su espalda y un trauma severo en el cráneo, fue hallado hace medio año durante unas excavaciones arqueológicas. "Hoy se está haciendo historia y nosotros somos testigos", destacó el director del archivo de la universidad de Leicester, Richard Taylor, en una comparecencia ante la prensa a la que acudieron más de 140 periodistas de todo el mundo. El tema había despertado un gran interés en los medios. Ricardo III fue rey durante sólo dos años, desde octubre de 1483 hasta el 22 de agosto de 1485, cuando murió en la batalla de Bosworth. Fue enterrado en el convento de Greyfriars, pero al disolverse éste bajo el reinado de Enrique VIII, el cadáver desapareció. El último monarca de la dinastía Plantagenet da título a una obra de teatro de William Shakespeare, que lo caracterizó como un asesino sin escrúpulos ("Ricardo III"). Las pruebas aportadas por un equipo integrado por arqueólogos, historiadores, biólogos y expertos en ADN, no dan lugar a dudas de que se trata del rey Ricardo, subrayó Taylor. Entre las pruebas más claras figura un encorvamiento de la columna vertebral, que había causado su esclerosis. Además, el ADN del monarca, fallecido hace más de 500 años, se comparó con el de sus descendientes. El rey falleció a los 32 años y con su muerte se puso final a la disputa por el trono de Inglaterra. Para muchos ese momento constituye el fin de la Edad Media en Inglaterra. Le sucedió en el trono Enrique VII, el primer representante de la dinastía Tudor. A Ricardo III se le ha presentado -nada menos que por William Shakespeare- a menudo como un rey brutal y déspota desfigurado, al que no le temblaba la mano a la hora de matar a miembros de su propia familia. En la actualidad, los científicos creen, sin embargo, que esta mala imagen se debe en parte a una campaña de difamación de los gobernantes Tudor que estaban en su contra. El hallazgo podrá contribuir a reconstruir su verdadera vida, según señaló Philippa Langley de la Richard III Society. Los expertos siguen investigando el esqueleto y seguramente a principios de 2014 se llevarán los restos a la catedral de Leicester. Cerca del lugar donde se halló el esqueleto se abrirá un centro de visitantes.