04/02/2013 8:38:00
En el espectáculo que rodea al máximo acontecimiento deportivo de Estados Unidos actuó Beyonce.
Los Ravens de Baltimore se coronaron campeón de la NFL al vencer 34-31 a los 49ers de San Francisco, en un Super Bowl que sufrió un apagón que interrumpió por más de media hora el máximo acontecimiento deportivo de Estados Unidos. Jacoby Jones, de los Ravens de Baltimore, fijó un récord al anotar con una carrera de 108 yardas al devolver la patada de arranque del segundo tiempo que puso a su equipo al frente por 22 puntos. Minutos después el Superdome, el estadio bajo techo de Nueva Orleáns, se quedó sin luz en medio del juego. Después de algunos minutos, un locutor informó a través de los parlantes que el Superdome de Nueva Orleáns había sufrido un interrupción del servicio eléctrico y se le pidió a los espectadores permanecer sentados. Algunos de los aficionados empezaron a hacer la ola para entretenerse, mientras que los jugadores se congregaron a los costados de la cancha. Los árbitros se reunieron en el terreno y parecían conversar con empleados del estadio. En el espectáculo que rodea al SuperBowl actuó Beyonce. Su potente actuación de 15 minutos, en la que se reunió con las otras dos componentes de Destiny's Child, quizás fue la causa de la "anormalidad" que según los organizadores provocó el apagón parcial del Superdome de Nueva Orleans y que interrumpió durante 35 minutos la final ganada por Baltimore Ravens a San Francisco 49ers (34-31). "Gracias por este momento", dijo jadeante Beyoncé al final de una actuación en la que, como prometió, cantó en directo tras no hacerlo hace dos semanas en la toma de posesión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. "Beyoncé silencia a los escépticos", tituló The New York Times tras lo sucedido en Washington. Cantó y bailó con un ceñido vestido negro que dejaba ver sus poderosas piernas, capaces de competir con las de cualquier jugador de los Ravens y los 49ers. Coreografía y escenografía perfecta gracias a la tecnología y momento emotivo por la reunión con Kelly Rowland y Michelle Williams, sus ex compañeras de Destiny's Child, grupo en el que empezó la diva y que no se reunía desde 2005. Empezó el espectáculo con su gran éxito Crazy in Love y terminó con el potente Halo. Precisamente su halo es lo que se extendió por el Superdome de Nueva Orleans y por las redes sociales. "Talento fenomenal. Es la artista femenina más grande de todos los tiempos", escribió en su cuenta de twitter la estrella de la NBA Kobe Bryant. Mientras los 49ers de San Francisco y los Ravens de Baltimore disputaban el XLVII Super Bowl, los publicistas de empresas como Best Buy o M&M, pasando por Toyota, competían entre sí en el escenario más importante de la publicidad. Los recursos en juego son cuantiosos, pues el anuncio de 30 segundos llegó a costar hasta US$ 4 millones este año, con la esperanza de que los mensajes publicitarios sean vistos por más de 111 millones de telespectadores. Como ejemplo están los anuncios presentados en la primera mitad del partido. Los mensajes sobre automóviles como Hyundai, Audi y Toyota intentaron atraer la atención de las familias, mientras la cadena de electrodomésticos y computadoras Best Buy apostó por el humor con la actriz Amy Poehler, en tanto que la fábrica de caramelos bañados de chocolate M&M mostró a su personaje característico junto a hermosas mujeres. A su vez, la cervecera Budweiser presentó a aficionados de los 49ers y los Ravens creando un muñeco de vudú a la imagen del equipo rival con la ayuda de misteriosa figura en un bar y la fábrica de ropa interior Calvin Klein recurrió a la imagen sensual con el modelo Matthew Terry pavoneándose en calzoncillos.
En el espectáculo que rodea al máximo acontecimiento deportivo de Estados Unidos actuó Beyonce.
Los Ravens de Baltimore se coronaron campeón de la NFL al vencer 34-31 a los 49ers de San Francisco, en un Super Bowl que sufrió un apagón que interrumpió por más de media hora el máximo acontecimiento deportivo de Estados Unidos. Jacoby Jones, de los Ravens de Baltimore, fijó un récord al anotar con una carrera de 108 yardas al devolver la patada de arranque del segundo tiempo que puso a su equipo al frente por 22 puntos. Minutos después el Superdome, el estadio bajo techo de Nueva Orleáns, se quedó sin luz en medio del juego. Después de algunos minutos, un locutor informó a través de los parlantes que el Superdome de Nueva Orleáns había sufrido un interrupción del servicio eléctrico y se le pidió a los espectadores permanecer sentados. Algunos de los aficionados empezaron a hacer la ola para entretenerse, mientras que los jugadores se congregaron a los costados de la cancha. Los árbitros se reunieron en el terreno y parecían conversar con empleados del estadio. En el espectáculo que rodea al SuperBowl actuó Beyonce. Su potente actuación de 15 minutos, en la que se reunió con las otras dos componentes de Destiny's Child, quizás fue la causa de la "anormalidad" que según los organizadores provocó el apagón parcial del Superdome de Nueva Orleans y que interrumpió durante 35 minutos la final ganada por Baltimore Ravens a San Francisco 49ers (34-31). "Gracias por este momento", dijo jadeante Beyoncé al final de una actuación en la que, como prometió, cantó en directo tras no hacerlo hace dos semanas en la toma de posesión del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. "Beyoncé silencia a los escépticos", tituló The New York Times tras lo sucedido en Washington. Cantó y bailó con un ceñido vestido negro que dejaba ver sus poderosas piernas, capaces de competir con las de cualquier jugador de los Ravens y los 49ers. Coreografía y escenografía perfecta gracias a la tecnología y momento emotivo por la reunión con Kelly Rowland y Michelle Williams, sus ex compañeras de Destiny's Child, grupo en el que empezó la diva y que no se reunía desde 2005. Empezó el espectáculo con su gran éxito Crazy in Love y terminó con el potente Halo. Precisamente su halo es lo que se extendió por el Superdome de Nueva Orleans y por las redes sociales. "Talento fenomenal. Es la artista femenina más grande de todos los tiempos", escribió en su cuenta de twitter la estrella de la NBA Kobe Bryant. Mientras los 49ers de San Francisco y los Ravens de Baltimore disputaban el XLVII Super Bowl, los publicistas de empresas como Best Buy o M&M, pasando por Toyota, competían entre sí en el escenario más importante de la publicidad. Los recursos en juego son cuantiosos, pues el anuncio de 30 segundos llegó a costar hasta US$ 4 millones este año, con la esperanza de que los mensajes publicitarios sean vistos por más de 111 millones de telespectadores. Como ejemplo están los anuncios presentados en la primera mitad del partido. Los mensajes sobre automóviles como Hyundai, Audi y Toyota intentaron atraer la atención de las familias, mientras la cadena de electrodomésticos y computadoras Best Buy apostó por el humor con la actriz Amy Poehler, en tanto que la fábrica de caramelos bañados de chocolate M&M mostró a su personaje característico junto a hermosas mujeres. A su vez, la cervecera Budweiser presentó a aficionados de los 49ers y los Ravens creando un muñeco de vudú a la imagen del equipo rival con la ayuda de misteriosa figura en un bar y la fábrica de ropa interior Calvin Klein recurrió a la imagen sensual con el modelo Matthew Terry pavoneándose en calzoncillos.