01/02/2013 15:35:00
El tóxico que se usa para quitar las arrugas, trae un veneno que se aísla para poder aplicarla en la piel. Si no se hiciera, sólo 470 gramos, podría matar a más de seis mil millones de personas por Botulismo.
Los años pasan factura y dejan marcas en la piel... y cada vez más personas luchan por deshacerse de ellas. Uno de los procesos más utilizados para eliminar las arrugas es la inyección de una toxina botulínica, más conocida como Bótox por ser la marca más popular, que paraliza los músculos para disimular las arrugas. Tiene muchos más usos, no sólo el estético, incluso se emplea para tratar las migrañas. Pero parece que se pasa por alto el hecho de que es una toxina, una proteína que produce la bacteria clostridium botulinum, causante también del Botulismo, una enfermedad mortal en la mayoría de los casos. Su peligro es tan grande que incluso fue catalogada como arma de destrucción masiva y prohibida por la Convención de Armas Químicas y por la Convención de Ginebra. Se trata, por tanto, de un potente veneno para el ser humano y se estima que tan sólo con una cantidad de 470 gramos, se podría erradicar a más de seis mil millones de personas. Por supuesto, antes de inyectarla a las personas, se realiza un minucioso proceso de purificación que aísla el veneno, para que sea una sustancia completamente segura para inyectarla de forma subcutánea. Por esta razón, tan sólo se recomienda someterse al tratamiento en lugares acreditados por las autoridades sanitarias competentes.
El tóxico que se usa para quitar las arrugas, trae un veneno que se aísla para poder aplicarla en la piel. Si no se hiciera, sólo 470 gramos, podría matar a más de seis mil millones de personas por Botulismo.
Los años pasan factura y dejan marcas en la piel... y cada vez más personas luchan por deshacerse de ellas. Uno de los procesos más utilizados para eliminar las arrugas es la inyección de una toxina botulínica, más conocida como Bótox por ser la marca más popular, que paraliza los músculos para disimular las arrugas. Tiene muchos más usos, no sólo el estético, incluso se emplea para tratar las migrañas. Pero parece que se pasa por alto el hecho de que es una toxina, una proteína que produce la bacteria clostridium botulinum, causante también del Botulismo, una enfermedad mortal en la mayoría de los casos. Su peligro es tan grande que incluso fue catalogada como arma de destrucción masiva y prohibida por la Convención de Armas Químicas y por la Convención de Ginebra. Se trata, por tanto, de un potente veneno para el ser humano y se estima que tan sólo con una cantidad de 470 gramos, se podría erradicar a más de seis mil millones de personas. Por supuesto, antes de inyectarla a las personas, se realiza un minucioso proceso de purificación que aísla el veneno, para que sea una sustancia completamente segura para inyectarla de forma subcutánea. Por esta razón, tan sólo se recomienda someterse al tratamiento en lugares acreditados por las autoridades sanitarias competentes.