29/01/2013 9:38:00
Aseguraba que su pene estaba bendito y que el mismísimo Espíritu Santo salía de su miembro tomando la forma de leche sagrada. Está detenido.
Valdeci Sobrino Picanto es un pastor evangélico brasileño de 59 años que acosaba sexualmente a sus fieles con una excusa muy poco creíble. Aseguraba que su pene estaba bendito y que el mismísimo Espíritu Santo salía de su miembro tomando la forma de leche sagrada. Sobrino aseguró que se había encontrado con Jesús en un burdel y le había conferido la misión de difundir la leche sagrada entre sus fieles. Tan en serio se tomó la misión que su primer objetivo para evangelizar al mundo fueron las mujeres de la Asamblea de Aporé. Según declaró una joven afectada a la prensa local, el pastor las llevaba a la parte trasera de la iglesia y les explicaba que Dios podía entrar en sus vidas a través de la boca, de modo que les pedía sexo oral para que el Espíritu Santo llegase hasta ellas. El pastor llegó a abusar de algunas ancianas y fue cazado in fraganti y detenido por la policía. Al parecer, Valdeci Sobrino estaba plenamente convencido de que su misión era completamente legítima y verdadera, e incluso aseguró que planeaba continuar repartiendo Espíritu Santo desde su celda.
Aseguraba que su pene estaba bendito y que el mismísimo Espíritu Santo salía de su miembro tomando la forma de leche sagrada. Está detenido.
Valdeci Sobrino Picanto es un pastor evangélico brasileño de 59 años que acosaba sexualmente a sus fieles con una excusa muy poco creíble. Aseguraba que su pene estaba bendito y que el mismísimo Espíritu Santo salía de su miembro tomando la forma de leche sagrada. Sobrino aseguró que se había encontrado con Jesús en un burdel y le había conferido la misión de difundir la leche sagrada entre sus fieles. Tan en serio se tomó la misión que su primer objetivo para evangelizar al mundo fueron las mujeres de la Asamblea de Aporé. Según declaró una joven afectada a la prensa local, el pastor las llevaba a la parte trasera de la iglesia y les explicaba que Dios podía entrar en sus vidas a través de la boca, de modo que les pedía sexo oral para que el Espíritu Santo llegase hasta ellas. El pastor llegó a abusar de algunas ancianas y fue cazado in fraganti y detenido por la policía. Al parecer, Valdeci Sobrino estaba plenamente convencido de que su misión era completamente legítima y verdadera, e incluso aseguró que planeaba continuar repartiendo Espíritu Santo desde su celda.