11/01/2013 16:55:00
El hecho ocurrió en un Kentucky Fried Chicken, en Colchester. El trozo de pollo parecía una porción de cerebro, pero finalmente se supo que era riñón.
Las vísceras de los animales pueden ser un verdadero manjar, aunque no para los escripulosos. Sin embargo, cuando alguien va a comer a un restaurante de comida rápida de pollo apanado, se espera que le sirvan trozos de pechuga o trutro de pollo, no sus vísceras. Así le sucedió a Ibrahim Lango cuando visitó la conocida cadena de restaurantes de comida rápida Kentucky Fried Chicken, en Colchester (Essex, Gran Bretaña). Estaba disfrutando de su paquete de pollo cuando de repente masticó un “horrible cuerpo extraño arrugado”, según describió al periódico Daily Mail. El trozo de pollo parecía una porción de cerebro, pero finalmente se supo que era riñón. De cualquier forma, a Lango le pareció tan repulsivo que aseguró que jamás volvería a una cadena de comida rápida. No es lo más extraño que ha aparecido en restaurantes de este tipo. Uno de los casos más recientes le sucedió a una mujer de Atlanta, que halló un aro nasal en su burrito de McDonalds.
El hecho ocurrió en un Kentucky Fried Chicken, en Colchester. El trozo de pollo parecía una porción de cerebro, pero finalmente se supo que era riñón.
Las vísceras de los animales pueden ser un verdadero manjar, aunque no para los escripulosos. Sin embargo, cuando alguien va a comer a un restaurante de comida rápida de pollo apanado, se espera que le sirvan trozos de pechuga o trutro de pollo, no sus vísceras. Así le sucedió a Ibrahim Lango cuando visitó la conocida cadena de restaurantes de comida rápida Kentucky Fried Chicken, en Colchester (Essex, Gran Bretaña). Estaba disfrutando de su paquete de pollo cuando de repente masticó un “horrible cuerpo extraño arrugado”, según describió al periódico Daily Mail. El trozo de pollo parecía una porción de cerebro, pero finalmente se supo que era riñón. De cualquier forma, a Lango le pareció tan repulsivo que aseguró que jamás volvería a una cadena de comida rápida. No es lo más extraño que ha aparecido en restaurantes de este tipo. Uno de los casos más recientes le sucedió a una mujer de Atlanta, que halló un aro nasal en su burrito de McDonalds.