09/01/2013 18:58:00
Investigadores de la Universidad de Cornell utilizaron lentes infrarrojos, que permitían observar los cambios en la pupila de los ojos, y pusieron videos eróticos a hombres y mujeres. Las pupilas aumentaban con ciertas imágenes.
Ya existía una creencia popular en la cual se defendía que la orientación sexual de la persona se averiguaba a través de la dilatación de sus pupilas. Sin saber si podía ser cierto, investigadores de la Universidad de Cornell trataron de averiguar si realmente era así, y efectivamente, descubrieron que la hipótesis se confirmaba en cierto modo, según publicaron en su estudio. Para averiguarlo, utilizaron lentes infrarrojas que permitían observar los cambios en la pupila de los ojos con una selección de hombres y mujeres con todo tipo de preferencias sexuales. Les pusieron vídeos eróticos y comprobaron que las pupilas aumentaban de tamaño en ciertas escenas. El tamaño de las pupilas aumentaba cuando visualizaban escenas que les resultaban agradables, acordes con sus gustos sexuales. Pero observaron que las mujeres heterosexuales mostraban respuestas ante ambos sexos, lo cual demostró que las sexualidades masculina y femenina son diferentes. Su conclusión final fue que la división entre heterosexuales, homosexuales y bisexuales no es tan excluyente como se suele pensar.
Investigadores de la Universidad de Cornell utilizaron lentes infrarrojos, que permitían observar los cambios en la pupila de los ojos, y pusieron videos eróticos a hombres y mujeres. Las pupilas aumentaban con ciertas imágenes.
Ya existía una creencia popular en la cual se defendía que la orientación sexual de la persona se averiguaba a través de la dilatación de sus pupilas. Sin saber si podía ser cierto, investigadores de la Universidad de Cornell trataron de averiguar si realmente era así, y efectivamente, descubrieron que la hipótesis se confirmaba en cierto modo, según publicaron en su estudio. Para averiguarlo, utilizaron lentes infrarrojas que permitían observar los cambios en la pupila de los ojos con una selección de hombres y mujeres con todo tipo de preferencias sexuales. Les pusieron vídeos eróticos y comprobaron que las pupilas aumentaban de tamaño en ciertas escenas. El tamaño de las pupilas aumentaba cuando visualizaban escenas que les resultaban agradables, acordes con sus gustos sexuales. Pero observaron que las mujeres heterosexuales mostraban respuestas ante ambos sexos, lo cual demostró que las sexualidades masculina y femenina son diferentes. Su conclusión final fue que la división entre heterosexuales, homosexuales y bisexuales no es tan excluyente como se suele pensar.