04/02/2014 10:05:25
La Francia fanática de los gatos está enfurecida y ha logrado que el abusón tenga que pasar un año en la cárcel.
Video no apto para los fanáticos de los gatos, están avisados. Farid Ghilas, 24 años, de Marsella, es casi el hombre más odiado por estos días en Francia debido a que le dio un giro perverso a la expresión "el gato volador". La razón de la furia popular es el video donde se lo ve lanzando a un gatito de cinco meses por los aires, como si el felino fuera una jabalina. Como si fuera un Angry Bird (pero sin enojo y sin plumas) el pobre Oscar, tal el nombre del felino de cinco meses usado como proyectil por Ghilas, sobrevivió la tremenda experiencia pero quedó con una pierna rota y actualmente está siendo curado. Apenas el hecho se hizo público, 200 protectores de los derechos animales se juntaron en donde Ghilas estaba siendo juzgado. "Ha actuado con una perversidad singular y un sadismo que ha shockeado al planeta entero", dijo el fiscal Emmanuel Merlin. Ghilas, el hombre más odiado, dijo que "veníamos caminando por la calle. Vi al gato, vino en mi dirección y lo hice sin pensarlo. No sé quien tuvo la ridícula idea de filmarlo". Ghilas dice estar arrepentido, pero las firmas de 260.000 amantes de los animales han reclamado que su conducta sea puesta como ejemplo contra los maltratos para con los animales. Por su brutalidad, Ghilas fue sentenciado por "actos de crueldad contra un animal doméstico", una ofensa que conlleva hasta dos años de prisión y una multa de 30.000 euros. La contracara es que Ghilas siendo de origen africano fue vapuleado en público con insultos raciales.
La Francia fanática de los gatos está enfurecida y ha logrado que el abusón tenga que pasar un año en la cárcel.
Video no apto para los fanáticos de los gatos, están avisados. Farid Ghilas, 24 años, de Marsella, es casi el hombre más odiado por estos días en Francia debido a que le dio un giro perverso a la expresión "el gato volador". La razón de la furia popular es el video donde se lo ve lanzando a un gatito de cinco meses por los aires, como si el felino fuera una jabalina. Como si fuera un Angry Bird (pero sin enojo y sin plumas) el pobre Oscar, tal el nombre del felino de cinco meses usado como proyectil por Ghilas, sobrevivió la tremenda experiencia pero quedó con una pierna rota y actualmente está siendo curado. Apenas el hecho se hizo público, 200 protectores de los derechos animales se juntaron en donde Ghilas estaba siendo juzgado. "Ha actuado con una perversidad singular y un sadismo que ha shockeado al planeta entero", dijo el fiscal Emmanuel Merlin. Ghilas, el hombre más odiado, dijo que "veníamos caminando por la calle. Vi al gato, vino en mi dirección y lo hice sin pensarlo. No sé quien tuvo la ridícula idea de filmarlo". Ghilas dice estar arrepentido, pero las firmas de 260.000 amantes de los animales han reclamado que su conducta sea puesta como ejemplo contra los maltratos para con los animales. Por su brutalidad, Ghilas fue sentenciado por "actos de crueldad contra un animal doméstico", una ofensa que conlleva hasta dos años de prisión y una multa de 30.000 euros. La contracara es que Ghilas siendo de origen africano fue vapuleado en público con insultos raciales.