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Hermógenes Pérez de Arce aconsejó una campaña negativa contra Bachelet para derrotarla

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30/12/2012 10:12:00
El abogado de derecha plantea como opciones insistir con errores del 27-F, su pasado cercano al FPMR y que su padre, según él, habría muerto jugando básquetbol y no torturado, como ha acreditado la justicia.


No le gustan las primarias. Hermógenes Pérez de Arce reitera muchas veces en la conversación que, para él, son un mecanismo inventado por la clase política para evitarse peleas en la toma de decisión interna. Lo que más le molesta a este abogado, economista y periodista es que esto se haga pasándole la boleta al Estado. “Todo esto lo considero un disparate. Después van a hacer secundarias, terciarias. Lo que quieren es solucionar sus propios problemas a costa del contribuyente y nos vamos a pasar en un año en elecciones innecesarias”, dice. Pérez de Arce teme, incluso, que el proceso se preste para una maniobra artificial electoral. “Por ejemplo, yo puedo ir a votar a las primarias de la Concertación, y yo no soy de la Concertación. ¿Cómo votaría entonces? De la manera en que más favorezca a mi sector, que es la Alianza. La gente va a ir a votar contra algo y no sólo a favor”, sentencia. - ¿Cree que eso ocurra ahora? - Claro, porque el interés del adversario es que salgan elegidos los que no tienen opción. La gente de la Concertación quiere que el candidato de la Alianza sea el peor, no el mejor. Eso podría darse el otro lado también, por eso digo que es un sistema con un exceso de politicismo, que desvirtúa el pronunciamiento ciudadano genuino. - ¿Cuál estima que es el “peor candidato” o el candidato “más fácil” para la Concertación? - Allamand. En todas las encuestas es más débil que Golborne. Si yo fuera de la Concertación, iría a votar para que fuera Allamand el candidato de la Alianza, porque es el más fácil de derrotar. - ¿No es posible que en estos seis meses se fortalezca? - Puede pasar, pero yo veo que las tendencias se mantienen más o menos en el tiempo. - ¿Hubo alguna coyuntura en los últimos meses que pudo haber desmejorado las opciones de los candidatos de la Alianza? - Yo creo que los dos candidatos salieron perdiendo al dejar sus ministerios, porque la exposición que tenían era mejor. Creo que los líos en RN pudieron no haber sido buenos para Allamand, pero también creo que Golborne, al abanderizarse mucho con la UDI, ha dejado de ser una figura que estaba por sobre el bien y el mal, y eso a lo mejor no lo favorece. - ¿Qué ideas le gustaría que tuviera el candidato por el que usted votaría? - Yo siempre he sido partidario de las ideas de derecha, que se basan primero en el principio de autoridad, en el mantenimiento del orden público, que se ha perdido en estos años. Los gobiernos tienen que ponerse serios cuando todo el mundo se toma cualquier cosa y presiona a la autoridad ilegalmente. Esto desvirtúa la democracia, lo convierte en un sistema que funciona bajo la amenaza de la fuerza. El Gobierno tiene que ser autoritario, porque Chile es un país desordenado por naturaleza. - ¿Alguna otra? - Dentro del orden que acabo de describir, soy partidario de las libertades de las personas. Yo soy contrario a que todo esté regulado por el Estado. Ultimamente se ha creado toda clase de ministerios, agencias, superintendencias, todo para regular más. ¡Eso no es necesario! La gente tiene que tener libertad para elegir. Alvaro Bardón, que en paz descanse, decía que “nunca iba a haber un problema con el pan, porque no hay un Ministerio del Pan”. En la educación dicen que es un bien público, lo cual no es verdad, y la regulan por completo y tenemos el lío de las acreditaciones, que es típico de cuando el Estado se mete, porque los funcionarios tienen una cosa que vale plata, que es decir: “Sí o no”. Entonces, entramos en un tema de corrupción, todo producto del socialismo en la educación. ¿Por qué dejan que la gente sea libre para fundar y que sea libre de ofrecer educación en todos los niveles y que la mismo tiempo la gente sea libre de elegir el sistema al cual quiere mandar a sus hijos? Porque la plata está, con toda la plata que el sector público gasta en educación podrían ir todos los niños pobres a colegios como el Grange o de los más caros colegios de Santiago. - ¿Qué otra idea espera en su candidato? - Un Estado cada vez más pequeño, que intervenga poco, porque los mercados funcionan bien cuando no son muy intervenidos. Obviamente tendría que haber un sistema de justicia bueno, que vele por el respeto de lo establecido. No tenemos buena justicia, no tenemos Estado de Derecho en Chile. Acá las leyes no se aplican en cierta clase de juicios, como los que se siguen contra los uniformados en retiro. - ¿Cree que alguno de los candidatos defienda los valores que usted demanda? - Ninguno los defiende categóricamente. Todos están siempre calculando qué declaración es la que va a concitar menos ataques y más apoyo mayoritario. - ¿Se puede interpretar eso como que no hay ningún candidato genuinamente de derecha? - Que me representen a mí, no hay ninguno en un 100%. - ¿Y espera que alguno avance en esa línea? - Están todos detrás del voto de la corriente dominante. La corriente dominante está manejada por una opinión pública, que ha sido muy condicionada por todo el sistema comunicacional que maneja la izquierda con extraordinaria habilidad. La opinión pública es mayoritariamente de centro izquierda. Entonces, los candidatos que luchan por la mayoría se empiezan a poner centroizquierdistas todos. Atacar a BACHELET - ¿Cree que alguno de esos candidatos pueda ganarle a una eventual candidatura de Michelle Bachelet? - Nadie ha clavado la rueda de la fortuna en política. Si logran hacerle una buena campaña negativa a Michelle Bachelet, yo creo que puede traerla a terreno y convertirla en una candidata susceptible de ser derrotada, porque las campañas son muy efectivas y ella tiene flancos abiertos. - ¿Cómo se entiende eso de “campaña negativa”? - Su desempeño en el 27-F, que no fue bueno, donde hubo momentos en que dijo que había cosas que no se le podía decir a la gente, porque se iba a aterrorizar. Una campaña negativa sería destacar sus indecisiones. - ¿Hay otro? - Ella ha sacado gratis todo su pasado de vinculación con el terrorismo. Ella era la conviviente de Alex Vojkovic, que era vocero del Frente Manuel Rodríguez en los tiempos en que acusaba más víctimas, que fueron los años 84, 86. Ella pasa gratis que su padre fue asesinado. Su padre no fue asesinado: murió jugando básquetbol en la cárcel pública, siendo que tenía una condición cardiaca y le habían dicho que no jugara. Claro, pero como tenemos un Servicio Médico Legal en que el director (Patricio Bustos) es mirista, obviamente dijo que la autopsia de hace 40 años revelaba que lo habían torturado. Pero resulta que unos días antes le habían pedido que dijera la causa de muerte de un niñito en Laguna Verde encontrado tras cuatro días de desaparecido y dijo que no estaban en condiciones de identificarla (…) Estos son elementos que si se sacan a la luz combativamente le pueden causar un desmedro. - Y esa “campaña negativa”, ¿no podría surtir el efecto contrario y desatar mayor solidaridad en torno a su figura? - Sí, es posible. Hay veces en que en las campañas negativas sale el tiro por la culata; pero también hay otras que han tenido éxito. En Chile hubo una campaña muy negativa contra Jorge Alessandri el 70 y fructificó: ganó Allende, a pesar de que Alessandri partió con amplia ventaja. - ¿Y qué opina del silencio que ha mantenido la ex Presidenta desde que está en la jefatura de ONU Mujer? - A pesar de éste, sigue teniendo los porcentajes más altos. Los norteamericanos dicen: si una cosa funciona, no empiece a arreglarla. A ella le está funcionando el silencio, entonces tiene que seguir igual. - ¿Cree que en la noche del 30 de junio se pueda ya saber quién va a ser el ganador de las presidenciales de noviembre? - Depende de cuánta gente vaya a votar. Sería un impacto sicológico muy grande si en la primaria de la Concertación Michelle Bachelet saca cuatro millones de votos y en la de la Alianza Laurence Golborne saca un millón. El poder de convocatoria va a ser importante para dimensionar lo que va a suceder. - El presidente de RN, Carlos Larraín, ha confidenciado su temor de que en el próximo período presidencial se reavive la UP, con mucha idea de izquierda en el Gobierno. ¿Comparte la inquietud? - No, yo no hablaría de Unidad Popular, porque ese era un gobierno revolucionario, donde el partido principal era el PS, que había declarado que había que tomarse el poder por las armas y todo el quehacer de la UP estuvo interferido por eso. Eso ya se acabó. Pero sí es cierto que el gobierno que venga va a estar condicionado hacia la izquierda, si es de la Concertación. Si ya este gobierno, que a mi juicio es el quinto de la Concertación, subió los impuestos a las empresas -que es una idea de izquierda y no de la derecha-, ellos estarán condicionados por eso y los tendrán que subir más; si este gobierno creó más instituciones estatales, hizo crecer el tamaño del Estado, los otros van a tener que hacer aumentar más, va a haber más regulación, más intervención. En ese sentido va a ser un gobierno más socialista que los anteriores de la Concertación. La misma Michelle va a venir recargada, no va a ser la misma que fue en los años en que gobernó. - ¿Más empoderada con las ideas de izquierda? - No, yo creo que ella ha cambiado, porque he sabido de personas que han conversado en confianza con ella. Ella ideológicamente ha cambiado, es una persona moderada de centro izquierda. Yo creo que ella se siente muy representada por Andrés Velasco, que fue su ministro de Hacienda. En ese sentido, yo no pienso en catastrofismos. Van a tener ideas que yo no comparto, pero no pienso en catástrofes. Revise la entrevista en El Mercurio de Antofagasta.

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