29/11/2012 18:35:00
Se conseguirá interpretando la actividad eléctrica de una parte del cerebro.
Tal y como le sucedía a Mel Gibson en la película "Lo que ellas quieren", en un futuro no muy lejano, los neurocientíficos serán capaces de escuchar los discursos imaginarios que tienen las personas en sus mentes. Así lo afirman los investigadores de la Universidad de California (EE.UU). El estudio que llevaron a cabo, publicado por la revista PLoS Biology, explica cómo sería posible. Se trata de descifrar, convirtiendo en palabras, la actividad eléctrica que sudede en una región del sistema auditivo (la circunvolución temporal superior) durante una conversación normal. Ese mismo principio se aplicaría al momento en que la persona escucha sus propios discursos internos. Es un avance que resultará muy útil porque se podrá dar voz a las personas que hayan sufrido derrames cerebrales o que, por cualquier otra razón, tengan incapacidad para comunicarse, aunque también causará debate por poner en tela de juicio las cuestiones éticas que implicarían leer la mente.
Se conseguirá interpretando la actividad eléctrica de una parte del cerebro.
Tal y como le sucedía a Mel Gibson en la película "Lo que ellas quieren", en un futuro no muy lejano, los neurocientíficos serán capaces de escuchar los discursos imaginarios que tienen las personas en sus mentes. Así lo afirman los investigadores de la Universidad de California (EE.UU). El estudio que llevaron a cabo, publicado por la revista PLoS Biology, explica cómo sería posible. Se trata de descifrar, convirtiendo en palabras, la actividad eléctrica que sudede en una región del sistema auditivo (la circunvolución temporal superior) durante una conversación normal. Ese mismo principio se aplicaría al momento en que la persona escucha sus propios discursos internos. Es un avance que resultará muy útil porque se podrá dar voz a las personas que hayan sufrido derrames cerebrales o que, por cualquier otra razón, tengan incapacidad para comunicarse, aunque también causará debate por poner en tela de juicio las cuestiones éticas que implicarían leer la mente.