16/05/2014 11:12:00
El hallazgo se realizó en una cueva acuática en la península mexicana de Yucatán. Se trata de una mujer de unos 15 a 16 años a la que los investigadors llamaron "Naia".
Un esqueleto hallado en una cueva acuática en la península mexicana de Yucatán ha reforzado la teoría de que los primeros pobladores de América pertenecieron a un único grupo procedente del norte de Asia, según un estudio publicado por la revista "Science".
Los restos, sometidos a análisis genéticos, fueron hallados en 2007 en la cueva de Hoyo Negro en el estado de Quintana Roo y corresponden a una mujer de unos 15 a 16 años que probablemente cayó en la caverna subterránea hace 12.000 a 13.000 años, antes de que ésta se llenara de agua miles de años después.
"Este es el resto humano más antiguo que se conoce en América", afirmó en conferencia de prensa en Ciudad de México Pilar Luna, subdirectora de arqueología subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
Estudios hechos al esqueleto femenino, que se conserva casi intacto, han aportado nuevos indicios de que el poblamiento de América se realizó desde Asia hace 18.000 a 26.000 años a través del puente de Beringia, entre Siberia y Alaska.
Las investigaciones fueron conducidas por un grupo de científicos de Canadá, Dinamarca, Estados Unidos y México, encabezado por el antropólogo estadounidense James Chatters, dueño de la empresa Applied Paleoscience, y la arqueóloga Luna.
"Creo que es una oportunidad única que nos ha permitido justamente encontrar este eslabón que nos faltaba para confirmar que los primeros pobladores vienen de Siberia, no de otra parte", señaló Luna.
"Los primeros pobladores de América, los paloamericanos, vienen de Siberia, pasaron por el estrecho de Bering, por la zona de Beringia y en el continente se fueron adaptando. Hay varios descubrimientos, se podrá leer en la revista 'Science', pero la joven de Hoyo Negro es la más antigua y la más completa hallada", agregó.
Luna dijo que el descubrimiento ubica a México "en una posición sobresaliente" a nivel de hallazgos arqueológicos y de investigaciones multidisciplinarias de primer nivel.
"Nadie ha cobrado por esta investigación, todos han sido tremendamente generosos en donar su tiempo, su experiencia, conocimientos, incluso en trabajos tan largos como los de laboratorios (...) se ha puesto el sitio por encima de las personas", resaltó.
El hallazgo del esqueleto de la mujer, a quien sus descubridores llamaron "Naia", así como de otros mamíferos correspondientes a 11 especies del Pleistoceno Tardío como tigre dientes de sable, perezoso de tierra tipo Shasta, tapir gigante, cerdo de monte, oso, puma, lince, coyote, coatí y murciélago frutero, lo logró un grupo de tres buzos aficionados que exploró en el área en mayo de 2007.
"Hoyo Negro es una cavidad inmensa, dentro de una las cuevas inmensas del estado de Quintana Roo", explicó el buzo Alberto Nava.
Nava contó que iniciaron la exploración en el cenote de La Virgen, donde en el descenso se adentraron aproximadamente un kilómetro por un túnel lleno de agua que los llevó a Hoyo Negro.
"El lugar era increíble, el piso se desapareció, era negro en todas las direcciones en donde uno veía, nosotros tenemos un equipo de luces muy poderosas y no llegaban al otro lado del pozo, por eso lo llamamos Hoyo Negro", afirmó.
El buzo afirmó que tardaron dos meses en llegar completamente al lugar y encontrar su fondo a 50 metros de profundidad.
"De repente empezamos a ver todos estos huesos de animales, lo primero que vimos es un fémur de un metro de longitud. Nosotros pensamos que ese era el descubrimiento del siglo y de repente uno de mis compañeros puso la luz sobre un cráneo humano, pequeño, de color negro y estaba invertido, con los dientes hacia arrida y nos daba la impresión que era la primera vez que miraba a alguien después de 10.000 años", narró.
Nava dijo que decidieron llamar "Naia" al esqueleto "porque es la ninfa del agua y nosotros creemos que protege a todo el agua de la Península".
Para lograr un fechamiento preciso de "Naia" los científicos realizaron análisis de ADN mitocondrial (en cuyo código genético se pueden rastrear linajes muy antiguos en el tiempo).
"Además de arrojar una antigedad de entre 13.000 y 12.000 años, los resultados indicaron que se trata de una joven de origen asiático (Beringio) del haplogrupo (cromosoma materno) D, identificado con las migraciones que llegaron a América desde Siberia; subhaplogrupo D1, que sólo tiene lugar en América", informaron los funcionarios del INAH.
El origen único de los habitantes del continente ha sido objeto de debate entre científicos. Algunos investigadores afirman que los primeros pobladores y los actuales pueblos nativos provienen de diferentes regiones del mundo, debido a las diferencias morfológicas entre sus cráneos.
Sin embargo, de acuerdo con el estudio publicado en la más reciente edición de "Science", el material genético del esqueleto de la mujer es similar al genoma de los actuales pueblos indígenas americanos, aunque su cráneo es distinto.
El antropólogo estadounidense Chatters dijo que el hallazgo fue fundamental para responder a una pregunta que se había hecho durante más de 20 años: "¨Quiénes fueron los primeros americanos?".
"Hoyo Negro es una cápsula de tiempo que ha conservado la información sobre el clima y la vida humana, animal y vegetal que existían al final de la última era de hielo", indicó.