09/09/2013 11:35:49
Llamó a entregar información sobre los detenidos desaparecidos, condenó la violación a los derechos humanos y sostuvo que "no debemos permanecer prisioneros ni secuestrados por ese pasado".
"No existen soluciones que puedan reparar todo el dolor y todo el daño causado", dijo el Presidente Sebastián Piñera en
su discurso durante el acto de conmemoración de los 40 años del golpe de Estado que se realizó desde el mediodía en La Moneda, tras lo cual pidió "
privilegiar aquello que nos une, porque es más fuerte de lo que nos divide".
"Desgraciadamente no podemos resucitar a los muertos ni recuperar a los desaparecidos, pero sí podemos y debemos
hacer lo que esté a nuestro alcance para aliviar ese dolor y sufrimiento, avanzando en materia de verdad, justicia y reparación y reconciliación", manifestó y retrocedió hacia el gobierno de la Unidad Popular diciendo que éste "quebrantó la legalidad y el estado de derecho en nuestro país y eso también debemos recordarlo". Incluso recordó algunos dichos de "importantes actores de la izquierda" de la época que llamaban a desconocer gobiernos democráticos e imponer sus ideas "por medio de la violencia si fuere necesario".
Las responsabilidades "fueron mucho más compartidas de lo que algunos sostienen".
Agregó que el golpe
"sabemos que fue más bien un desenlace previsible, aunque no por ello inevitable de una larga y penosa agonía de los valores republicanos(...) no fue un fenómeno exclusivo de Chile, fue más bien una realidad que en el contexto de la guerra fría se extendió a casi todos los países de América Latina".
"Ninguno de los hechos, causas, errores o responsabilidades que condujeron al quiebre de nuestra democracia justifican los inaceptables atropellos a la vida y la integridad de las personas" añadió y zanjó que en ese sentido existen
responsabilidades penales, políticas y morales.
"Muchos de nosotros que pudimos hacer mucho más en la defensa de los DD.HH nos alcanza una cuota de responsabilidad. Estoy seguro que si volviéramos atrás, la inmensa mayoría de los actores se comportaría mucho mejor que antes durante y después del 11 de septiembre de 1973".
"Algunos quisieran creer que toda la responsabilidad recae en quienes ordenaron las violaciones", afirmó y dijo que "los altos cargos del gobierno militar o quienes tenían investiduras pudieron alzar su voz para evitar estos abusos y muchas veces no lo hicieron, porque lo subordinaron a sus propios intereses o sucumbieron al temor".
En ese punto, se detuvo sobre el rol del Poder Judicial que, teniendo "un mandato de la Constitución de cautelar los derechos de las personas", hicieron oídos sordos a recursos de amparo de víctimas de vejámenes. También reflexionó sobre el rol de la prensa de la época, que "se limitó a entregar la visión oficial del gobierno". En ese aspecto, reconoció la labor de la iglesia y de los familiares de detenidos desaparecidos.
"El pasado ya está escrito. Podemos recordarlo, estudiarlo, discutirlo, pero ya no podemos cambiarlo,
no debemos permanecer prisioneros ni secuestrados por ese pasado, porque cuando el presente se queda anclado en el pasado, es el futuro el que pierde", afirmó.
En ese sentido, dijo que en adelante nadie puede negar "que aún en situaciones extremas de quiebre institucional o de guerra interna o externa, existen normas morales y jurídicas que deben ser respetados por todos. Fenómenos como
la tortura, terrorismo, asesinatos por razones políticas, nunca deben ser justificados sin caer en un grave vacío moral".
Ahora las Fuerzas Armadas "están plenamente subordinadas a los poderes civiles y son respetadas, acotó.
También sostuvo que
la verdad y la justicia son necesarios para la paz y reconciliación, avanzando hacia una mayor verdad y mayor justicia. Quienes tengan información revelante tienen la obligación moral de revelarla (...) la capacidad de pedir y otorgar perdón sin duda son del ámbito más noble e íntimo de la conciencia de las personas".
Como parte de las lecciones de los 40 años, manifestó que "l
a transición militar a un gobierno democrático ya lo hicimos y lo hicmos bien. La segunda transición, la nueva, es pasar de ser un país en desarrollo y con pobreza a un país desarrollado, sin pobreza y con oportunidades para todos sus hijos, basado en valores morales".
Otra reflexión al respecto, fue que consideró que "la conquista de la paz, la amistad cívica y la reconciliación en la sociedad, más que nunca es una meta, es un esfuerzo permanente, generosa y constructiva a la que todos debemos aportar y nadie debe restarse. Da la impresión de que la ciudadanía parece haberse anticipado en sabiduría y generosisdad a los políticos".
Piñera agregó que La Moneda abrirá sus puertas a todos los ciudadanos, lo cual ocurrirá desde este fin de semana y todos los próximos sábado y domingo.