07/09/2015 8:41:00
Se trata de una misiva dirigida al entonces vicario del párroco y otra a Karadima, donde da instrucciones, por ejemplo, sobre cómo comunicar a los feligreses el traspaso de mando en El Bosque, evitando el tema de los abusos sexuales. Fueron dadas a conocer por
The Clinic junto al fallo Vaticano que condenó al cura.
Las víctimas de abusos sexuales del cura Fernando Karadima han afirmado durante todo el caso, que el cardenal Francisco Javier Errázuriz sabía de estos delitos y que los habría encubierto. Ahora, dos cartas que habrían sido escritas por el prelado al vicario del párroco de El Bosque, Diego Ossa y otra a Karadima, probarían esa acusación.
Hasta hoy la Iglesia no ha reconocido que tuvo responsabilidad en los delitos. El abogado del Arzobispado, Nicolás Luco Illanes, también ha negado en la prensa haber encontrado indicios de complicidad y encubrimiento.
Las cartas fueron dadas a conocer hoy por
The Clinic y fueron enviadas a la defensa del caso, liderada por el abogado Juan Pablo Hermosilla, de forma anónima.
The Clinic también dio a conocer
el fallo con que el Vaticano condenó a Karadima y donde lo acusa de crear “súbditos sicológicos" y donde se estipula que “no es necesario que haya una real y verdadera relación sexual, siendo suficiente aunque la simple ejecución de actos impuros que impliquen la violación del sexto mandamiento del Decálogo, peculiarmente grave para los clérigos". Además, cuenta que aparte de los denunciantes, se contó con "gran número de testimonios directos de tales acciones" y que la "buena fama", de Karadima no es suficiente para desacreditar los testimonios en su contra.
LAS CARTAS
Una de las cartas es del 18 de julio de 2010, de Errázuriz a Ossa, quien fue acusado por un feligrés de la parroquia Jesús Carpintero de Renca (mantenida por la de El Bosque), de abusos sexuales en 2003. El objetivo de esa carta era darle instrucciones a Obsen para explicar el pago de $ 10 millones al denunciante, quien además había escrito a la Iglesia contando lo que le había pasado a los 23 años. “Seguramente recuerdas mi proposición para hacer más verosímil tu versión: que el dinero entregado era una obra de misericordia, y no una medida para acallar a un denunciante”, dice la misiva.
La otra carta es de junio de 2006 y fue dirigida a Karadima. En ella, y tras conocer las denuncias hace al menos dos años, le recomienda que pase el mando de la parroquia a su brazo derecho, el padre Juan Esteban Morales, quien en 2013 fue condenado por la Iglesia por “abuso de poder”. En la carta lo trata de "hermano" y "amigo".
"Usted me manifestó, querido P. Fernando, que lo afligía también la posibilidad de que el traspaso de la responsabilidad sobre la parroquia al P. Juan Esteban Morales podudiera ser considerado como un castigo. No lo es; y todos comprobarán que no es un castigo. Si lo fuera, no seguiría trabajando en el mismo lugar como hasta ahora, ni junto a su más cercano colaborador. Pero está en sus manos que nadie considere injustamente que esto es un castigo. Basta con que usted mismo tome la iniciativa y me pida que le confíe pronto la parroquia al P. Juan Esteban. Entonces usted podrá decir a quien quiera escucharlo, más o menos lo siguiente: ‘En la diócesis se está introduciendo la costumbre de cambiar a los curas párrocos cada 10 ó 12 años. Yo llevo 22 años y ya cumplí mis 75 años de edad. Por eso le presenté mi renuncia al Sr. Arzobispo como lo pide el derecho canónico, y le pedí que nombrara pronto al P. Juan Esteban, que ya está preparado para conducir la parroquia. El Sr. Arzobispo me felicitó por el paso que daba, y el P. Juan Esteban asume durante el mes de septiembre'”.