13/05/2015 13:50:58
Tras un buen inicio, el equipo decayó y perdió protagonismo en la liga. La relación del rosarino con los dirigentes del club está desgastada y ya le buscan reemplazante. Los hinchas se rebelaron y armaron marchas para exigir que siga.
No hay caso. Equipo por el que pasa Marcelo Bielsa logra conquistar a los hinchas. Tal como pasó en Newell's, en la selección chilena, y en el Athletic de Bilbao, los fanáticos bielsista del Olympique de Marsella se resisten a la partida del técnico. El rosarino termina contrato y su relación con los dirigentes no da más, incluso ya le estarían buscando reemplazante. El argentino también estaría analizando otras ofertas. Y ante la posibilidad cierta de que parta, los fanáticos se rebelaron. Según consigna Olé, "armaron una marcha, pusieron banderas en el estadio y hasta fueron al entrenamiento". El ex entrenador de la Roja tuvo un buen comienzo en Francia, e incluso llegó al récord histórico de partidos seguidos. Los hinchas lo transformaron en un semi Dios: vendían poleras con su cara, coreaban su nombre e incluso veían los partidos sentados en heladeras para emularlo. Él siempre agradeció el cariño, pero dijo que lo consideraba desmedido.
Tras un buen inicio, el equipo decayó y perdió protagonismo en la liga. La relación del rosarino con los dirigentes del club está desgastada y ya le buscan reemplazante. Los hinchas se rebelaron y armaron marchas para exigir que siga.
No hay caso. Equipo por el que pasa Marcelo Bielsa logra conquistar a los hinchas. Tal como pasó en Newell's, en la selección chilena, y en el Athletic de Bilbao, los fanáticos bielsista del Olympique de Marsella se resisten a la partida del técnico. El rosarino termina contrato y su relación con los dirigentes no da más, incluso ya le estarían buscando reemplazante. El argentino también estaría analizando otras ofertas. Y ante la posibilidad cierta de que parta, los fanáticos se rebelaron. Según consigna Olé, "armaron una marcha, pusieron banderas en el estadio y hasta fueron al entrenamiento". El ex entrenador de la Roja tuvo un buen comienzo en Francia, e incluso llegó al récord histórico de partidos seguidos. Los hinchas lo transformaron en un semi Dios: vendían poleras con su cara, coreaban su nombre e incluso veían los partidos sentados en heladeras para emularlo. Él siempre agradeció el cariño, pero dijo que lo consideraba desmedido.