09/04/2015 18:03:00
Un estudio reveló que comemos considerablemente más debido al impacto emocional que tiene un filme en nosotros.
Hacer reír en el cine es toda una ciencia. La comedia no se da fácilmente, pero sí resulta ser muy saludable: mejora los vasos sanguíneos y la salud emocional. El drama, por otra parte, es algo que el cine explota bastante. La empatía y las puertas de la sensibilidad que abre son de fácil acceso, pero quizás difíciles de cerrar. Tanta emoción puede conllevar a comer más, según un estudio del Laboratorio de Alimentos y Marcas de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Los resultados señalan que las personas que ven películas tristes comen considerablemente más, debido al impacto emocional del filme. La investigación muestra que aquellos cinéfilos que comían palomitas de maíz mientras veían películas dramáticas o tristes, ingirieron entre el 28 y el 55% más de esta comida, tanto en laboratorio como en un cine comercial, durante el período de estudio. Las conclusiones, publicadas en JAMA-Internal Medicine observó que los aficionados al cine comieron 28% más de palomitas de maíz al ver la tragedia “Love Story” que al disfrutar de la comedia “Sweet Home Alabama”. Un análisis del consumo de palomitas de maíz en centros comerciales de siete ciudades de Estados Unidos durante el fin de semana siguiente al Día de Acción de Gracias, mostró unos resultados similares. Los investigadores la Universidad de Cornell encontraron que los aficionados al cine que compraron palomitas y vieron la película triste “Solaris”, comieron un promedio de 55% más de este cereal que los que vieron la película más optimista “Mi gran boda griega”: 127 gramos frente a 82 gramos. Pero si somos aficionados a las películas lacrimógenas no debemos desesperar, ya que “la cintas tristes también pueden llevar a la gente a que coma mayor cantidad de comidas saludables, siempre que la tengan delante de ellos. Las personas consumirían más frutas o verduras si las tuvieran próximas”, según Brian Wansink, profesor de Marketing en Cornell y autor principal de este trabajo. Este estudio se complementa con otro hallazgo del laboratorio estadounidense, que muestra que "las películas de acción y aventura, transmitidas en televisión, también conducen a ingerir más calorías, si los alimentos están al alcance de la mano, debido a que los programas estimulantes con secuencias rápidas y cortes de cámara, nos distraen de lo que estamos comiendo", según Aner Tal, investigador y coautor del estudio. El científico también agrega que “la gente come al ritmo del filme, ingiriendo mayor cantidad, porque presta menos atención a lo que ingiere, mientras que las películas tristes podrían generar una ‘comida emocional’, o sea inducir a comer para compensar la tristeza que se siente". El profesor Wansink ofrece un consejo práctico para que los cinéfilos puedan mantener su dieta y su silueta cuando ven una película en casa: “Mantenga los paquetes de snacks fuera del alcance de las manos. Lo ideal es dejarlos en la cocina y traer al sofá sólo lo que va a comer”. Aunque agrega que la mejor solución en estas situaciones es tener a nuestro alcance sólo los aperitivos que sean saludables, como zanahorias o apio, en vez de galletas y cabritas, porque consumirlas en mayor cantidad no sería un problema, sino una ventaja.
Un estudio reveló que comemos considerablemente más debido al impacto emocional que tiene un filme en nosotros.
Hacer reír en el cine es toda una ciencia. La comedia no se da fácilmente, pero sí resulta ser muy saludable: mejora los vasos sanguíneos y la salud emocional. El drama, por otra parte, es algo que el cine explota bastante. La empatía y las puertas de la sensibilidad que abre son de fácil acceso, pero quizás difíciles de cerrar. Tanta emoción puede conllevar a comer más, según un estudio del Laboratorio de Alimentos y Marcas de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos. Los resultados señalan que las personas que ven películas tristes comen considerablemente más, debido al impacto emocional del filme. La investigación muestra que aquellos cinéfilos que comían palomitas de maíz mientras veían películas dramáticas o tristes, ingirieron entre el 28 y el 55% más de esta comida, tanto en laboratorio como en un cine comercial, durante el período de estudio. Las conclusiones, publicadas en JAMA-Internal Medicine observó que los aficionados al cine comieron 28% más de palomitas de maíz al ver la tragedia “Love Story” que al disfrutar de la comedia “Sweet Home Alabama”. Un análisis del consumo de palomitas de maíz en centros comerciales de siete ciudades de Estados Unidos durante el fin de semana siguiente al Día de Acción de Gracias, mostró unos resultados similares. Los investigadores la Universidad de Cornell encontraron que los aficionados al cine que compraron palomitas y vieron la película triste “Solaris”, comieron un promedio de 55% más de este cereal que los que vieron la película más optimista “Mi gran boda griega”: 127 gramos frente a 82 gramos. Pero si somos aficionados a las películas lacrimógenas no debemos desesperar, ya que “la cintas tristes también pueden llevar a la gente a que coma mayor cantidad de comidas saludables, siempre que la tengan delante de ellos. Las personas consumirían más frutas o verduras si las tuvieran próximas”, según Brian Wansink, profesor de Marketing en Cornell y autor principal de este trabajo. Este estudio se complementa con otro hallazgo del laboratorio estadounidense, que muestra que "las películas de acción y aventura, transmitidas en televisión, también conducen a ingerir más calorías, si los alimentos están al alcance de la mano, debido a que los programas estimulantes con secuencias rápidas y cortes de cámara, nos distraen de lo que estamos comiendo", según Aner Tal, investigador y coautor del estudio. El científico también agrega que “la gente come al ritmo del filme, ingiriendo mayor cantidad, porque presta menos atención a lo que ingiere, mientras que las películas tristes podrían generar una ‘comida emocional’, o sea inducir a comer para compensar la tristeza que se siente". El profesor Wansink ofrece un consejo práctico para que los cinéfilos puedan mantener su dieta y su silueta cuando ven una película en casa: “Mantenga los paquetes de snacks fuera del alcance de las manos. Lo ideal es dejarlos en la cocina y traer al sofá sólo lo que va a comer”. Aunque agrega que la mejor solución en estas situaciones es tener a nuestro alcance sólo los aperitivos que sean saludables, como zanahorias o apio, en vez de galletas y cabritas, porque consumirlas en mayor cantidad no sería un problema, sino una ventaja.