24/03/2015 11:39:00
Las imágenes comparativas entre bebés de mamás que no prueban un cigarro durante su embarazo, y las que sí lo hacen, demuestran los daños de esta práctica en el no nacido.
Los médicos siempre advierten que durante el embarazo, las madres no debieran fumar ni exponerse al humo del cigarro porque “puede dañar el desarrollo del bebé”. Por primera vez podemos ver ese deterioro gracias al experimento que realizó la doctora Nadja Reissland, del departamento de Psicología de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, con el análisis de las ecografías 4D de 20 mujeres. Cuatro de ellas eran fumadoras. Se analizó el movimiento por minuto de los fetos de la veintena de mujeres durante las semanas 24, 28, 32 y 36, y se concluyó que los hijos no nacidos de las mujeres que fumaban se tocaban la boca y la cara con mucha más frecuencia que los fetos de mujeres no fumadoras. Los fetos, generalmente se tocan la cara cuando comienzan a tener movilidad de sus extremidades, en los primeros meses, por un periodo reducido; pero los bebés expuestos al cigarrillo no dejaron de hacerlo hasta sus últimas semanas en el útero y de manera constante. Esto indica, según la doctora Reissland, que el desarrollo del sistema nervioso de los bebés se ve afectado por el tabaco que la madre fuma durante en el embarazo. Estos riesgos que se producen por el consumo de cigarro se suman al de parto prematuro, problemas respiratorios e incluso la muerte del feto. Pero por primera vez se puede evidenciar visualmente un comportamiento fetal diferente al del desarrollo normal de un bebé en el útero. Aun así, Reissland afirmó que se necesitará un estudio a mayor escala para investigar los efectos específicos del tabaco, además de incluir estudios sobre el estrés de la madre que deriva al vicio del cigarro.
Las imágenes comparativas entre bebés de mamás que no prueban un cigarro durante su embarazo, y las que sí lo hacen, demuestran los daños de esta práctica en el no nacido.
Los médicos siempre advierten que durante el embarazo, las madres no debieran fumar ni exponerse al humo del cigarro porque “puede dañar el desarrollo del bebé”. Por primera vez podemos ver ese deterioro gracias al experimento que realizó la doctora Nadja Reissland, del departamento de Psicología de la Universidad de Durham, en el Reino Unido, con el análisis de las ecografías 4D de 20 mujeres. Cuatro de ellas eran fumadoras. Se analizó el movimiento por minuto de los fetos de la veintena de mujeres durante las semanas 24, 28, 32 y 36, y se concluyó que los hijos no nacidos de las mujeres que fumaban se tocaban la boca y la cara con mucha más frecuencia que los fetos de mujeres no fumadoras. Los fetos, generalmente se tocan la cara cuando comienzan a tener movilidad de sus extremidades, en los primeros meses, por un periodo reducido; pero los bebés expuestos al cigarrillo no dejaron de hacerlo hasta sus últimas semanas en el útero y de manera constante. Esto indica, según la doctora Reissland, que el desarrollo del sistema nervioso de los bebés se ve afectado por el tabaco que la madre fuma durante en el embarazo. Estos riesgos que se producen por el consumo de cigarro se suman al de parto prematuro, problemas respiratorios e incluso la muerte del feto. Pero por primera vez se puede evidenciar visualmente un comportamiento fetal diferente al del desarrollo normal de un bebé en el útero. Aun así, Reissland afirmó que se necesitará un estudio a mayor escala para investigar los efectos específicos del tabaco, además de incluir estudios sobre el estrés de la madre que deriva al vicio del cigarro.