12/11/2014 18:14:00
Muchas prefieren ser más altas, verse más femeninas o estilizar las piernas usando tacos, pero no piensan los daños que puede causar su uso prolongado.
Una de las cosas más importantes del funcionamiento del pie es que éste distribuye la carga del peso corporal de manera equilibrada entre el ante pie (dedos) y el retropié (talón). Los tacos rompen este equilibrio y deterioran el pie, las articulaciones, los músculos y la espalda. Rodrigo Castro, docente de kinesiología de la Universidad San Sebastián, advierte los riesgos a largo plazo que genera el uso de estos zapatos. “El taco alto provoca un cambio en la distribución de peso, aumentando la carga en la parte anterior, lo cual provoca un exceso de carga en esta zona que no está biomecánicamente preparada para resistir esta situación y comienza a deteriorarse, generando adaptaciones”, afirma Castro. Mientras más delgada sea la base del taco, el cuerpo gastará más energía en mantener el equilibrio y probablemente dificultará el caminar. Seguro recuerdas la primera vez que te probaste unos tacos altos e intentaste caminar. ¿Recuerdas el tambaleo y desequilibrio? Eso es porque los seres humanos no estamos “diseñados” para movernos en punta de pie. El buen caminar con tacos se logra con la práctica. Y siempre es un desafío para el sistema nervioso, “porque significará un tremendo esfuerzo energético y adaptativo. Este desafío implica cambiar la configuración de todo el tren inferior desde la columna lumbar hacia abajo para poder caminar en punta de pies y no caerse en el intento”, agrega el académico. Quienes usen este zapato casi todos los días están constantemente deteriorando el mecanismo amortiguador del pie, por lo tanto, el cuerpo comenzará a adaptarse para aminorar el impacto y transformará las estructuras relacionadas al caminar. “Los músculos de la pantorrilla aumentan su volumen, ya que la posición punta de pies acorta a los músculos gastrocnemios (gemelos) y sóleo. En la columna lumbar aumenta la lordosis (curva lumbar). La rodilla se hiperextiende generando un estrés mayor que lo normal. La planta del pie pierde la capacidad amortiguadora, entre otras cosas”, dice el kinesiólogo. El especialista recomienda usar tacos lo más bajos posibles (2 centímetros) y con la mayor superficie de contacto, evitando obviamente, el taco aguja. Esto, para impedir la deformación de los músculos y articulaciones y para evadir las molestias que provoca el uso de tacos altos. Algunos de éstos son: calambres en las pantorrillas, dolor de rodilla por la hiperxtensión, dolor lumbar por el aumento de la lordosis, callos y durezas en los metatarsianos (huesos de la parte anterior del pie antes de los dedos), alteración de la fascia plantar (tejido grueso en la planta del pie), tendencia al hallux valgus (juanete), deformidad de dedos, riesgos de caída, y estrés mecánico excesivo. Castro recomienda también elongar la musculatura de la pantorrilla llevando la punta del pie hacia arriba manteniendo la rodilla extendida. Quedarse en la posición durante 10 segundos y repetir el ejercicio 6 veces. Además, advierte a las mujeres que han usado tacos toda su vida y ahora quieren dejar de hacerlo, que deben considerar la manifestación de una impotencia funcional (dificultad para moverse) porque están reequilibrando su peso de manera distinta a la que tenían al cuerpo acostumbrado con el uso del taco.
Muchas prefieren ser más altas, verse más femeninas o estilizar las piernas usando tacos, pero no piensan los daños que puede causar su uso prolongado.
Una de las cosas más importantes del funcionamiento del pie es que éste distribuye la carga del peso corporal de manera equilibrada entre el ante pie (dedos) y el retropié (talón). Los tacos rompen este equilibrio y deterioran el pie, las articulaciones, los músculos y la espalda. Rodrigo Castro, docente de kinesiología de la Universidad San Sebastián, advierte los riesgos a largo plazo que genera el uso de estos zapatos. “El taco alto provoca un cambio en la distribución de peso, aumentando la carga en la parte anterior, lo cual provoca un exceso de carga en esta zona que no está biomecánicamente preparada para resistir esta situación y comienza a deteriorarse, generando adaptaciones”, afirma Castro. Mientras más delgada sea la base del taco, el cuerpo gastará más energía en mantener el equilibrio y probablemente dificultará el caminar. Seguro recuerdas la primera vez que te probaste unos tacos altos e intentaste caminar. ¿Recuerdas el tambaleo y desequilibrio? Eso es porque los seres humanos no estamos “diseñados” para movernos en punta de pie. El buen caminar con tacos se logra con la práctica. Y siempre es un desafío para el sistema nervioso, “porque significará un tremendo esfuerzo energético y adaptativo. Este desafío implica cambiar la configuración de todo el tren inferior desde la columna lumbar hacia abajo para poder caminar en punta de pies y no caerse en el intento”, agrega el académico. Quienes usen este zapato casi todos los días están constantemente deteriorando el mecanismo amortiguador del pie, por lo tanto, el cuerpo comenzará a adaptarse para aminorar el impacto y transformará las estructuras relacionadas al caminar. “Los músculos de la pantorrilla aumentan su volumen, ya que la posición punta de pies acorta a los músculos gastrocnemios (gemelos) y sóleo. En la columna lumbar aumenta la lordosis (curva lumbar). La rodilla se hiperextiende generando un estrés mayor que lo normal. La planta del pie pierde la capacidad amortiguadora, entre otras cosas”, dice el kinesiólogo. El especialista recomienda usar tacos lo más bajos posibles (2 centímetros) y con la mayor superficie de contacto, evitando obviamente, el taco aguja. Esto, para impedir la deformación de los músculos y articulaciones y para evadir las molestias que provoca el uso de tacos altos. Algunos de éstos son: calambres en las pantorrillas, dolor de rodilla por la hiperxtensión, dolor lumbar por el aumento de la lordosis, callos y durezas en los metatarsianos (huesos de la parte anterior del pie antes de los dedos), alteración de la fascia plantar (tejido grueso en la planta del pie), tendencia al hallux valgus (juanete), deformidad de dedos, riesgos de caída, y estrés mecánico excesivo. Castro recomienda también elongar la musculatura de la pantorrilla llevando la punta del pie hacia arriba manteniendo la rodilla extendida. Quedarse en la posición durante 10 segundos y repetir el ejercicio 6 veces. Además, advierte a las mujeres que han usado tacos toda su vida y ahora quieren dejar de hacerlo, que deben considerar la manifestación de una impotencia funcional (dificultad para moverse) porque están reequilibrando su peso de manera distinta a la que tenían al cuerpo acostumbrado con el uso del taco.