La Corte de Apelaciones de Rancagua lo confirmó esta tarde. La PDI volverá a interrogar al pastor que los habría iniciado en el tema de "alejar demonios" y "quitar maldiciones".
Víctor Escobar, el papá de la niña de siete años que murio ahogada en un supuesto rito de sanación en su casa de Machalí, Sexta Región, quedó en libertad luego de que así lo confirmara la Corte de Apelaciones de Rancagua. Junto a él también quedó libre el cuñado de la pequeña, Javier Rivas. Esto, porque la justicia determinó que no era seguro que ambos participaran en el ritual, tal como lo aseguraron en la audiencia de formalización, donde Escobar fue notificado que se le investiga por parricidio, mientras que Rivas es indagado por homicidio. Según el Servicio Médico Legal, la pequeña Dayana Escobar murió al aspirar unos 11 litros de agua fría que le habrían estado aplicando su madre, Silvia Andrade, y su hermana Yeevinett, para "sacarle el diablo" del cuerpo. Ambas quedaron en prisión preventiva. Según contó el defensor jefe de Rancagua, la Corte decidió confirmar la libertad de los hombres porque "estimó que sus testimonios le introdujeron una duda razonable respecto de que ellos hayan participado en forma directa de los hechos". Según ellos, ambos llegaron después del trabajo a la casa ubicada en el sector de El Cajón, y se encontraron con la dramática escena. Mientras, el subprefecto de la PDI Pedro Calderón, afirmó a La Segunda que el pastor evangélico que habría iniciado a la familia en los ritos de sanación, Raúl Palominos, deberá volver a declarar y que en los 100 días de investigación, de deberá determinar si estuvo o no presente en el "ritual". Según dijo Palominos a la prensa, él no estuvo en el momento de la muerte de la pequeña. Sin embargo el padre de la niña se quejó de que después del hecho, Palominos les dijo que quemaran toda la ropa y los muebles de la casa donde murió Dayana, porque "nos habían tirado una maldición (...) esto que nos pasó fue algo del pastor, nos hizo algo para que tuviéramos problemas".