15/09/2014 18:20:27
Zilla Van Den Born (25) hizo montajes fotográficos y videollamadas para hacer creer a todos que estaba viviendo unas vacaciones de ensueño.
![Foto Nota]()
Hay quienes recurren al Photoshop para verse más guapos, otros lo usan para hacer la publicidad perfecta y otros, como Zilla Van Den Born (25), lo hacen para fingir vacaciones de 42 días en el Sudeste Asiático. El montaje que hizo esta estudiante de diseño gráfico holandesa es, realmente, digno de una película. Y es que incluso hizo que sus padres la acompañaran al aeropuerto para embarcar, supuestamente, a Asia, donde realizaría una gira de 42 días. Apenas su familia se fue, Zilla regresó a su casa en Amsterdam, se encerró y dio inicio al experimento que demostraría que las redes sociales realmente pueden manipular la realidad. Durante todos los días que comprendía su viaje, la holandesa subió imágenes en las que aparecía buceando, comiendo comida asiática e incluso visitando templos budistas. Pero, por supuesto, su secreto era que todas estas eran fotos retocadas en Photoshop. Pero la farsa de esta joven no solo comprendió fotografías, sino que incluso recreó una supuesta habitación en un hotel de Tailandia (que en realidad era su habitación decorada con elementos temáticos) para hacer videollamadas a sus padres. Por supuesto, tanto sus padres como sus amigos cayeron en la elaborada trampa. Así, Zilla logró demostrar lo fácil que resulta distorsionar la realidad con ayuda de las herramientas tecnológicas.
Zilla Van Den Born (25) hizo montajes fotográficos y videollamadas para hacer creer a todos que estaba viviendo unas vacaciones de ensueño.
Hay quienes recurren al Photoshop para verse más guapos, otros lo usan para hacer la publicidad perfecta y otros, como Zilla Van Den Born (25), lo hacen para fingir vacaciones de 42 días en el Sudeste Asiático. El montaje que hizo esta estudiante de diseño gráfico holandesa es, realmente, digno de una película. Y es que incluso hizo que sus padres la acompañaran al aeropuerto para embarcar, supuestamente, a Asia, donde realizaría una gira de 42 días. Apenas su familia se fue, Zilla regresó a su casa en Amsterdam, se encerró y dio inicio al experimento que demostraría que las redes sociales realmente pueden manipular la realidad. Durante todos los días que comprendía su viaje, la holandesa subió imágenes en las que aparecía buceando, comiendo comida asiática e incluso visitando templos budistas. Pero, por supuesto, su secreto era que todas estas eran fotos retocadas en Photoshop. Pero la farsa de esta joven no solo comprendió fotografías, sino que incluso recreó una supuesta habitación en un hotel de Tailandia (que en realidad era su habitación decorada con elementos temáticos) para hacer videollamadas a sus padres. Por supuesto, tanto sus padres como sus amigos cayeron en la elaborada trampa. Así, Zilla logró demostrar lo fácil que resulta distorsionar la realidad con ayuda de las herramientas tecnológicas.
